Mi mas humilde opinión:
Tenía muchísimas ganas de ver la secuela de Expediente Warren, pero también las expectativas demasiado altas. La primera película me pareció brillante, el mejor largometraje que he visto de terror en muchísimos años. Después llegó el Spin off con Anabelle y ¡oh dios mio! ¡que de sustos! Así que esta tenía que, sino superarlas, al menos mantener el nivel. Y por desgracia no ha sido así para nada.
Han sido un par de horas entretenidas, con algunos sustos, actuaciones excelentes por parte de todo el reparto, pero con ganas de ver algo que no fuesen recursos mas que quemados por el ya tan conocido genero de terror. Es decir, sillas que se mueven, juguetes que se encienden, puertas que no se abren... ¿donde está la originalidad? Sé que en este genero está todo visto, pero no he visto ni de lejos eso que hacía diferente a las otras dos.
Otro punto del que tengo que hablar es la caracterización. En la primera y la segunda tuve que quitarme el sombrero. Tanto la caracterización como los efectos fueron de diez. Pero en esta tercera parte han sido como mínimo nefastos. Tanto el fantasma del viejo como el de la monja parecen sacados de una película cutre de los ochenta. Lo único salvable en este aspecto es la transformación de la niña cuando resulta poseída.
¿Puntos a favor? Sí, también los tiene. Es una película entretenida. Te pega algún sustillo cuando aparece algún bicho que no te esperas, te hace soltar alguna que otra carcajada
Debo reconocer, como en la primera, que me ha sorprendido la actuación de la joven protagonista. Y a la vez me ha chocado que una niña tan joven se prestara a hacer un papel como este. Sin duda lo borda y hace que te adentres en la historia como pocos adultos podrían lograrlo.
No voy a decir que me ha disgustado porque no es así, pero no la recomendaría para los amantes del genero de terror. Mas bien para una tarde de peli y manta en la que quieras pasar un rato ameno con familia o amigos.
Puntuación:7/10