HOLMES & WATSON. MADRID DAYS
Título Original: Holmes & Watson. Madrid Days Director: José Luis Garci Guión: José Luis Garci, María Sanromán, Andrea Tenuta Música: Pablo Cervantes Fotografía: Javier Palacios Interpretes: Gary Piquer, José Luis García Pérez, Leticia Dolera, Víctor Clavijo, Carlos Hipólito, Manuela Velasco, Enrique Villén, Belén López, Macarena Gómez Distribuidora: Alta films Fecha de Estreno: 07/09/2012
MADRID c. 1900
José Luis Garci es un tipo que parece salido de otro planeta, vive en su propio mundo y no parece importarle lo que se hace en éste. Él pertenece a un universo paralelo, un mundo poblado de cine (ojo, no sólo cine clásico, el realizador ha expresado su admiración por películas como Master and Commander o El Caballero Oscuro), de boxeo y fútbol. Garci no necesita de móviles ni ordenadores, no le hace falta, es una calculadora, es capaz de decirte en que cine de Madrid estrenaron El Hombre que mató a Liberty Valance y como se escapó del colegio para ir a verla, o contarte de que era lo que estaba haciendo mientras que el Madrid ganaba su tercera copa de Europa y decirte de carrerilla quién marcó los goles en aquel partido. Garci tiene un poder fascinante, un poder que te hipnotiza, es una persona sabia, que mira hacia el pasado con una nostalgia enriquecedora, y que parece pertenecer a otra galaxia. En esa galaxia está su cine también, un cine que ningún otro realizador del mundo hace, un cine que bebe de los clásicos, pero que tampoco podríamos englobar como clásico, un cine que no es que ya no se haga, es un cine que nunca se ha hecho, y que quizá no conecta con la gente, pero es sencillamente lo que Garci necesita contar, es así como él lo ve.
Está película sobre Sherlock Holmes no es realmente una película sobre Sherlock Holmes, de hecho no es coincidencia que casi siempre se dirijan al protagonista por su segundo nombre Scott, si no un retrato de la Madrid de finales del siglo XIX época adorada por el director. De hecho son muchas las cosas que tiene en común con Tiovivo c. 1950 una de las películas españolas más interesantes en la que llevamos de siglo, aquella película no contaba ninguna historia realmente, si no que daba un montón de pinceladas alrededor de pequeñas historias sin principio ni final para elaborar un cuadro de lo que era el Madrid de los años 50 pero con la visión idealizada de alguien que fue niño por aquel entonces. Madrid Days no deja de ser un intento de retratar una época que Garci adora, lo hace desde el contraste de dos culturas muy opuestas y lo hace usando el pretexto de unos asesinatos que harán llegar a Holmes y a Watson desde Londres hasta Madrid para investigar el asesinato, un pequeño macguffin que realmente al realizador no le interesa y nunca busca siquiera crear tensión, pese a alguna pequeña escena de un frio Madrid cuyos callejones recuerdan a los de Neville.
La mirada que echa Garci atrás vuelve a estar completamente idealizada, este mundo que él imagina tiene un gran componente teatral y literario, y eso es lo que busca con sus películas, que no pierda nunca ese punto de teatralidad tan poco habitual en el cine, planos largos, secuencias largas y cercanas y unas líneas de diálogos que parecen extraídas de un libro son las que pueblan la película, para un guión, que también es cierto, no tiene la consistencia que otros de los escritos por el realizador madrileño y en el que se echa muy en falta la mano de Horacio Valcárcel. Pero aún así, la película crea un halo de fascinación por estos personajes que actúan de una forma nada habitual para el espectador, pero que inexplicablemente se sientan cercanos, se desecha por completo cualquier intento de crear misterio o tensión a raíz de los asesinatos, no se busca nunca que el espectador se preocupe por quién es el asesino. Lo que importan son estos extraños hábitos, la forma de vivir en el Madrid de esa época por este grupo de personajes, como si de un crónica pasada por el filtro de su particular visión se tratase.
Garci teje una película inusual, con encadenados que se funden mientras los personajes hablan, con un humor muy extraño, con muchas gracias que posiblemente le diviertan a él y a nadie más, pero que siente la necesidad de meter en el libreto. Es posible que lo distinta que resulta esta obra de cualquier otro producto estrenado a día de hoy la haga de pecar de ridícula para un espectador que no se atreva a dejarse llevar por el mundo confeccionado por Garci, por esa visión de una Madrid desesperanzadora, con muchas conexiones a la situación política actual, donde la corrupción y la especulación están a la orden del día. La desesperanza, la melancolía y la tristeza se juntan para formar una obra que podemos considerar única sin ningún tipo de dudas, que posiblemente no llegue a agradar a todos los espectadores por la rareza y la extrañeza de la propuesta, pero que, aunque lejos de ser la mejor obra de su autor, nos demuestra que en el cine hay lugar para la visión personal de cada uno, que el cine y las historias merecen ser contadas tal y como se conciben por su autor, y si tienes a un autor tan galáctico y de otro planeta como es Garci, simplemente te queda la opción de dejarte llevar a ese mundo tan especial.