Revista Cine
Juan Carlos Medina y Luiso Berdejo nos traen la historia de David, un neurocirujano que tras sufrir un accidente de coche descubre que tiene cáncer, siendo un trasplante de médula y Benigno, uno de los niños que ha nacido con insensibilidad al dolor. Si suena interesante, según avanza la película consigue enganchar aún más. Gran culpa es parte del prólogo, genial e impactante. Una de las mejores bazas del guión es cómo dosifican la información, dándola en el momento oportuno. El desarrollo de las dos historias paralelas está también muy bien medido, no usando cliffhangers innecesarios en ningún momento. Si bien es cierto que la historia de Benigno, el niño, resulta más interesante que la de David, las dos se disfrutan casi por igual. Y es más interesante por mezclar (muy bien mezclados, por cierto) varios géneros: algo de terror, histórico, fantástico y drama. La de David es más drama e intriga, aunque ya digo que son las dos igual de atractivas. Uno de los mejores momentos es el final, con un clímax tan potente que se corta la respiración.
Àlex Brendemühl y Juan Diego encarnan a hijo y padre de manera perfecta, estando los dos brillantes. Àlex actúa genial cuando lo hace solo, pero cuando se junta con Juan Diego la mezcla es perfecta. Otra pareja de actores a destacar son Tómas Lemarquis e Ilias Stothart, sobre todo éste último. De Tómas Lemarquis no diré nada más; Ilias Stothart es un talento emergente, capaz de mostrar la evolución y sentimientos de su personaje mejor que alguno de los veteranos de la película. En el otro lado de la balanza está Ramón Fontserè, al que no sé por qué han dado un papel tan importante haciéndolo tan mal. El resto del reparto está correcto, sin más, ya que toda la importancia se la llevan los cuatro primeros actores (eso sí, sobresalen Bruna Montoto y Félix Gómez).
Juan Carlos Medina, siendo su primera película, se desenvuelve perfectamente. De hecho me extrañaría muchísimo que no estuviese nominado a los Goya, aunque viendo cosas tan incomprensibles como la no-nominación de Roberto Pérez Toledo el año pasado me espero cualquier cosa. Narra de manera elegante y dura la historia de los protagonistas, no aburriendo en ningún momento con explicaciones innecesarias. Y el ambiente que crea… consigue sumergirte en la película sin problemas, se nota que está cuidadísima. Si hubiese que buscarle un fallo es que en su mayor parte está rodada en catalán, y con el doblaje al castellano perderá bastante por mucho que lo hagan los propios actores.
En definitiva: una película que no deberíais perderos, ya que es de lo mejor que se ha hecho en España últimamente.