Rowan Atkinson es un actor extremadamente visual, son con sus innumerables expresiones faciales que indican desconocimiento alguno de lo que ocurre a su alrededor , la causa de innumerables carcajadas. El inconveniente está en que es positivo en pequeñas dosis, no lo suficiente para soportar noventa minutos de una película. Es por eso que su personaje de Mr. Bean logra trascender, al tener un contenido compacto no existe tiempo para aburrimiento.
Con tantas parodias sobre la profesión de espía y en especial de la gran cantidad de películas de James Bond, uno piensa que ya no existe material para avergonzar a el super agente secreto más famoso del mundo. Sin embargo, no pretende saturar la pantalla con decenas de detalles por minuto como las series de “Otra Loca Película” y mucho menos con pésimas actuaciones. Ni toma la ruta de Austin Powers con sus misión de buscar una sonrisa sin importar que tan insultante puedar resultar la comedia. Esta viene siendo la versión familiar con situaciones comprometedoras, absurdos personajes y errores por doquier.
La trama es un pretexto para lograr que Johnny English (Rowan Atkinson) regrese al servicio secreto tras un necesario año sabático con monjes tibetanos. Al reintegrarse al servicio de su majestad encontramos que ahora Pegasus esta interpretada por la irreconocible Gillian Anderson (en verdad que tuve que buscar en internet quien era, los años no pasan en vano desde los Expedientes X), que interpreta su papel como la madre sustituta que debe de cuidar todos los movimientos del agente English. También tenemos el ángulo amoroso cubierto p0r la bella Rosamund Pike, quien recordarán como la villana Miranda Frost en la película “ Otro día para morir”. Por último, el inseguro agente Tucker (Daniel Kaluuya) con quien completamos el trió de actores que funcionan como apoyo para generar comedia y no como la fuente de las mismas, ya que ese departamento es exclusivamente reservado para Atkinson. Sólo “La Señora de la Limpieza” (Pik-Sen Lim) pudo rivalizar con la presencia del protagonista, cada vez que aparecía en escena era una tremenda alegría: su vestuario, sus miradas asesinas y sobre todo el ingenio de su armamento.
El filme es una serie de altibajos parecidos a una montaña rusa, en un momento estamos divirtiéndonos con ingeniosas escenas de acción y al siguiente estamos involucrados en diálogos que pretenden continuar la absurda trama de conspiraciones secretas. Esto es evidente durante la mitad del largometraje, cuando se vuelve tediosa la ineptitud de Johnny English y para colmo se contagia a su alrededor, pero luego regresamos a otra divertida persecución en un vehículo el cual no pensaba que pudiera alcanzar tan excesiva velocidad. Si todo hubiera sido como los primeros 20 minutos, entonces estuviéramos hablando de una excelente propuesta, lo cual no ocurre y por lo tanto debemos de aceptar como otro desechable estreno que es digno de ser visto una vez para después pasar al olvido.
Es entretenimiento familiar, divertido y sano. Sólo hubiera deseado que hubieran inventado una compactadora en una pluma de bolsillo para hacerlo más soportable.
Calificación: ★★½☆
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