quiere demostrar la importancia de los pequeños detalles o gestos, haciendo de la fría,a la par que gris, visualización de la sociedad llena de contradicciones que no es capaz de reaccionar, todo ello reflejado sobre todo en el sobrino huérfano, encarnado por otro joven nominado Lucas Hedgs, perturbado por perder a su buen padre pero a la vez sin ser consciente de ello hasta que abre un congelador, y es que, en esos detalles es donde se nos refleja ese valor de los detalles.
Acompañan a tío y sobrino en esta andadura, más bien en los momentos de flashbacks, donde se nos recrean las causas por las que Lee ha llegado a estar vacío, Michelle William también nominada, a mejor actriz de reparto. La Academia no premia en función de los minutos en pantalla, pero sin menospreciar el trabajo de Williams, el valor de su personaje no reside en la interpretación, sino en la situación en sufre la misma. Dichos flashbacks, donde se nos demuestra el gran drama familiar, siendo uno el más duro y el que hace que todo encaje puede pillar a contra pie y el toque de humor, o el súmmum de lo catastrófico tenga como reflejo unos golpes en una camilla.
Con una fotografía de Jody Lee Lipes en la que se intenta transmitir aún más esa frialdad del lugar y de los personajes, como si hubieran generado una armadura, hace que ni un bonito atardecer rosado y unos personajes mirando al mar pierda el toque cenizo. Unido a una banda sonora de Lesley Barber , en ocasiones demasiado ausente.
Aquellos que decidáis ir a verla, tened en cuenta que se pretende observar la contención de las emociones, y generar angustia y empatía del espectador a través de esa contención.
Ya estaréis acostumbrados pero a partir de aquí os comentaré algunas cosas con así que dejad de leer si no habéis visto la película hasta la claqueta cinegética.
Desde luego Affleck sabe poner cara de contención, pero parece que no va más alla de ello, solo cuando le pegan y aún así, está contenido. En cuanto a su sobrino decir que lo que necesita, de manera urgente, son dos tortas bien dadas para que se centre un poco en la realidad.
Entiendo que los Chadler reaccionan de manera un poco extraña ante los sucesos que ocurren a su alrededor, y que está en una edad complicada, pero desde luego el Oscar a Casey deberá ser por la paciencia mostrada.
El toque de humor negro de las escenas más trágicas y crueles de todo lo acontecido en el pasado, son un buen ejercicio para recordar que incluso en esos momentos las cosas pueden tener ese toque, que consigue, aunque sea cruel, sonreir. Además de la utilización de la irónia como armadura frente a los acontecimientos.
Ese ruido de botellas de una madre sobrepasada, que cree que su problema de alcoholismo lo ha superado gracias a un marido compasivo y la religión, pero tal y como nos demuestra el director en toda la cinta, nada de lo acontecido con anterioridad está superado y ese instante es un buen reflejo de ello.
Al menos en la parte final de la película, simplemente con 3 portafotos, nuestro sobrino egoista es consciente del sufrir de su tio Lee. Porque tal y como nos quiere reflejar en todo momento Lonergan, los recuerdos siempre estan arraigados a un lugar, una sensación y por ello Lee no puede volver al pueblo que le vió crecer, a el, a sus hijos y a su mala suerte, por eso prefiere seguir siendo un solitario muerto en vida, es su única manera de sobrevivir, con esa culpa.