Título: Remember Me
Director: Allen Coulter
Guión: Will Fetters
Género: Drama, Romance
Duración: 113 minutos
Origen: Estados Unidos
Año: 2010
Reparto: Robert Pattinson, Pierce Brosnan, Chris Cooper, Emilie de Ravin y Ruby Jerins.
La abstracción de la memoria
Cuando por fin aparece en cartelera una película romántica cuya premisa es digna de la hoguera, y encima se puede poner a consideración la calidad actoral de Robert Pattinson -conocido por sus insulsas participaciones estelares en la saga Twilight-, uno se frota las manos de la emoción. Pero cuando al sentarse a apreciar los matices que hacen al film uno se encuentra con que sorpresivamente la historia no es tan mala y, aún peor, Pattinson tampoco lo es, todo se vuelve confuso.
El que nació siendo el moribundo carilindo Cedric Digory en Harry Potter and the Goblet of Fire (2005) despliega credibilidad en su personaje, en parte gracias al complemento de actores en un correcto rol que tiene alrededor. Su personaje se devora cada fotograma, haciendo contraste con un nuevo gran papel de Pierce Brosnan y una importante participación de Chris Cooper. Las escenas en que estos tres se conjugan en la pantalla son de lo mejor del largometraje, siendo todo lo contrario a las secuencias románticas con una Emilie de Ravin que, si bien hace linda pareja con Pattinson, no logra convencer aisladadamente.
El guión es lo que más sorprende... es bastante bueno. De hecho, la trama no aburre y, a pesar de que no encuentra un súmun de acción que despierte del onanismo a las muchachitas que caerán en el producto engañoso del póster, se descubre minuto a minuto entre emocionantes líneas de diálogo entre el protagonista y su hermanita, o en el pasado que tanto pega de cerca a los dos enamorados, que se ven sumidos en una memoria ultrajada por las circunstancias instantáneas de la vida, sin importar el grado de shock de los hechos que los formaron.
El título está muy bien puesto. Ese "recuérdame" es sobre la historia, la paciencia, la atención paternofilial, la del amor, la de la vida en sí misma, con todos sus matices. Y ese final tan inesperado es el aval principal de la tésis central de la trama. Si uno llega a un punto en que no quiere seguir viendo la película, con el final termina por aceptar que todo lo anterior tenía un sentido, aunque sea por el simple hecho de recibir una percepción emotiva desde las imágenes, algo que casualmente es lo que se busca a la hora de elegir un film para ver... y algo que el cine de hoy, refugiado en la comodidad de la industria -y, aceptando los dardos, diré que éste no es el caso- no logra hacer llegar.
Esta es una película que destaca el rol interpretativo por encima de la historia, y sólo puede llegar a conmover justamente a aquel que sienta de cerca el caso que atañe al personaje principal. Insisto en que, en lo personal, el final me sorprendió/impactó. Fue inesperado. Y lo mismo sucedió con el histrionismo que por fin demuestra Pattinson en su trabajo individual, sin quedar opacado por los nombres que lo rodean en este proyecto.
No es la gran cosa, pero mantiene atento al espectador... y bueno, obviamente, a las espectadoras.