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Siempre es interesante descubrir cuál es el nuevo proyecto de David Trueba. Aunque he seguido con interés su trayectoria profesional, hasta ahora no había conseguido engancharme a ninguno de sus proyectos. Admito su buen-hacer en "La buena vida", película costumbrista adolescente de correcta factura, o su madurez en "Soldados de Salamina", pero, aún así, me faltaba un bombazo. "Vivir es fácil con los ojos cerrados" es entrañable, emocionante, inocente, salvadora del ser humano en cierta medida y, desde luego, cine de máxima calidad.
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Hay que destacar a un colosal Javier Cámara que, una vez más, engrandece un personaje que le va "como anillo al dedo". Ese carácter agradable y disciplinado a la par que comprensivo y práctico, unido a una generosa honradez y humildad, dibuja un hombre que te hace recuperar la esperanza en la humanidad. Su preocupación por los demás ayuda a dos jóvenes algo perdidos, con problemas serios que no saben afrontar.
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Francesc Colomer que ya triunfó con "Pa negre", forma una buena pareja con la semidesconocida Natalia de Molina logrando una química creíble y realista. Ambos actores se nutren de la experiencia de Javier Cámara y logran ser unos perfectos complementos para la película. Sería justo afirmar que la mano de David Trueba ha conseguido encauzar, gracias a una fantástica dirección de actores, unas personalidades en principio poco relacionadas.
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José Daniel Díaz