Críticas del Festival de cine europeo de Sevilla: Bullhead

 

En la película belga Bullhead se nos cuenta la historia de Jacky Vanmarsenille, un personaje turbado, violento y desequilibrado. Su terrible estado mental es debido a un trauma de infancia, un gamberro con cierto retraso mental le destrozó los testículos a pedradas cuando Jacky no contaba mucho más de diez años. Esta desastrosa situación lo arrastra a tener que inyectarse directamente testosterona y demás hormonas masculinas para mantener su virilidad. Por desgracia, esta práctica lo vuelve adicto a dichas hormonas, y acaba tomándoselo casi como de una droga se tratase, de esta forma sus instintos son mucho más primitivos y se vuelve un personaje cada vez más violento y descerebrado.
Partiendo de esta premisa algo ridícula, la historia se complica, ya que el Jacky adulto realiza un trato algo oscuro con un comerciante de ternera, y posteriormente se ve envuelto en el asesinato de un policía y el robo de un coche. La trama llega a ser algo recargada por tantas cosas que intenta colar juntas en ciertos casos, pero la película no mejora desde su inicio.
El mayor problema de este filme sin duda es el terrible desarrollo, no sabe como llevar hacia delante el argumento, no tiene sentido del ritmo ni de cómo estructurar la trama. Lo cual hace que el filme esté abocado al desastre desde el inicio. Muchos de los sucesos que se nos presentan son confusos, gratuitos y mal llevados, como por ejemplo que algunas supuestas escenas dramáticas nos produzcan risa. Un momento muy importante y mal llevado es, por ejemplo, cuando el joven es agredido en sus genitales, resulta una escena sacada de todo, y el impacto no es tanto de desagrado, si no más bien de desanclaje del espectado con respecto a la película.
Los personajes son planos y por lo general estúpidos. El mejor ejemplo de ello es el protagonista, un ser odioso e irracional. Tratan que simpaticemos con Jacky, de joven es un ser adorable, de mayor vemos varias escenas en las que está terriblemente trastornado en su casa, pero ni así se consigue que nos sintamos unidos al protagonista. Es un personaje violento y odioso, irracional y torpemente trazado. Así es imposible que el filme nos interese, ya que lo único que desea el espectador es que a ese pedazo de animal lo coja la policía y lo mantengan encerrado de por vida.
Un mal balance, un intento fallido de reflejar una mente enferma, en la que tan solo consiguen un personaje plano e irracional. Si piensan ir a ver pocas películas al Festival de Cine Europeo de Sevilla les recomiendo que gasten su tiempo en otras más interesantes.