Revista Cultura y Ocio

[CRÓNICA] Alan Parsons en Lima

Publicado el 24 octubre 2016 por Santiago Cárdenas Malasquez @sjcm94

Miércoles 12 de Octubre, son las 7:51 p.m., acabamos de llegar al Gran Teatro Nacional tras soportar el denso tráfico de semana y hora punta en la Av. Javier Prado. Nos sentimos nerviosos, en poco más de media hora empezaría la presentación en vivo de Alan Parsons y su Live Project. Nos tomamos un café antes de ingresar. Estamos en palco, tercer piso. Los encargados de sonido ultiman detalles y los asistentes empiezan a ingresar al recinto.

Primera llamada. Salgo corriendo al baño, maldita vejiga y sus alertas de última hora.

Segunda llamada. Termina de ingresar el público, se escucha el murmurar general, se siente la emoción en el aire, es casi palpable.

Tercera llamada. Es la última... ¡Dios!... la femenina voz de las alertas nos da una breve introducción a la vida y obra de Alan... las luces se apagan... segundos de tensión.

8:30 p.m., comienza a sonar "I Robot".

¿Me desmayo?.

The Alan Parsons Project empieza a ver la luz en el verano del '74, cuando Alan Parsons se conoce con Eric Woolfson durante unas sesiones en el famoso estudio Abbey Road. En esa época Parsons venía de haber ejercido como ingeniero de sonido en el "Dark Side of the Moon" de Pink Floyd, además de haber colaborado, como ingeniero, con bandas como The Beatles (en los álbumes "Abbey Road" y "Let It Be") y The Hollies (en temas como el famoso "The Air That I Breathe"). Por otro lado, Woolfson era músico de estudio y estaba creando un disco inspirado en las obras de Edgar Allan Poe. Es así que deciden juntarse, aportando cada uno lo suyo, dando inicio a TAPP. En el año 1976, resultante de lo que venía haciendo Eric, sale a la luz su primer álbum de estudio: "Tales of Mystery and Imagination", joya que, dicho sea de paso, me introdujo al mundo del rock progresivo.

Durante su actividad, el proyecto lanzó diez álbumes de estudio, entre los que resaltan por su popularidad el ya citado álbum debut, junto a "I Robot" (1977), "The Turn of a Friendly Card" (1980) y el archiconocido "Eye in the Sky" (1982). TAPP se separa definitivamente en 1990, tras dar su única presentación en vivo como tal, y es desde 1993, que Alan, y con permiso de Woolfson, empieza las presentaciones en vivo con la banda reformada bajo el título de Alan Parsons Live Project (mismo nombre con que se presentó en Lima). Alan, además, siguió lanzando algunos álbumes más pero bajo título personal.

Lamentablemente Woolfson falleció el 2 de diciembre de 2009, a los 64 años de edad, tras una larga lucha contra el cáncer. Nos dejó, eso sí, unos pocos discos de estudio, producto posterior de algunos de sus musicales.

Regresemos al concierto.

Tras ese brutal inicio de los sintetizadores en "I Robot", ingresan Alan y compañía para que empiece el instrumental. La noche ha comenzado. Nos paramos a aplaudir. El éxtasis nos rodea. Alan se posiciona sobre un pequeño altillo colocado al centro del escenario, donde lo acompañan una guitarra y un teclado. Terminado el tema introductorio, saluda al público y da inicio a "Damned If I Do".

Se le ve corpulento al lado de sus compañeros de escenario, es el más alto. Impone el respeto que debe, tiene ese aire de saber quién es, un ícono de la música rock.

El sonido es impecable, el desempeño de los músicos que lo acompañan es elevado, no le falta nada. La presentación y los efectos son sencillos, sí, pero la instrumentalización es increíble. No hemos venido a ver un show de luces, estamos aquí para escuchar música de verdad, traída desde las mejores décadas del rock. Estamos presenciando la ejecución en vivo de obras que representaron una época, de mano de quien fuera el fundador de ese proyecto que marcó a toda una generación. Personalmente fue algo impresionante, valgan verdades, de no haber escuchado yo el "Eye in the Sky" no habría terminado metido, como lo estoy, en el mundo de la música. Estoy sumido en un sueño. Suena "Don't Answer Me", el clasicazo salido del "Ammonia Avenue" del '84.

Momento inesperado, empiezan a sonar los acordes de uno de los temas más importantes, para mí, del grupo: "Time". Realmente no me lo esperaba en el set list.

[CRÓNICA] Alan Parsons en Lima
La lista de temas presentes en el concierto fue excelente, un repaso por lo mejor del grupo, junto a varios de sus hits y algunos temas menos populares, pero con carga emotiva. Tal fue el caso de "Limelight", perteneciente al poco sonado "Stereotomy" (1985), que Alan Parsons dedicó a, como dijo él, "la otra mitad de The Alan Parsons Project", Eric Woolfson.

Sólo me quedó una queja, y es que a mí me hubiese encantado poder escuchar dos temas en especial, pertenecientes ambos al "Vulture Culture" (1985): "Sooner or Later" y "Separate Lives".

Conforme iba terminando cada tema, Parsons nos iba presentando a su banda:

P. J. Olsson, escritor y productor, fue la voz principal en la mayoría de temas que se tocaron, aunque hubo algunos puntuales en que otros miembros del grupo se hicieron de la voz cantante. La primera guitarra estuvo en manos de Alastair Green, personaje importante dentro de la escena del sur de California por más de veinte años. Danny Thompson, también californiano, estuvo a la batería. Él ha participado en varios proyectos importantes con diferentes artistas de importancia.

Guy Erer, de nacionalidad israelí, estuvo a cargo del bajo, haciendo un trabajo más que impecable. Posee su propio estudio de grabación y es un productor reconocido en el medio. Tom Brooks dejó todo en los teclados, se mandó con un solo alucinante en medio de "Prime Time", haciendo de esa la mejor versión que he escuchado del tema. Todd Cooper aplicó el lado pasional al mando del saxo, añadiendo un toque especial a cada tema en que participó. Para cerrar, sin restar importancia, con la segunda guitarra estuvo Dan Tracy, dando la atmósfera perfecta a cada performance.

Impresionante.

[CRÓNICA] Alan Parsons en Lima
Pero claro, en un concierto como este hay un tema esperado sobre el resto de temas, y es más que
evidente a cuál me refiero: "Eye in the Sky", precedido, claro, por el instrumental "Sirius". Apenas el sintetizador tan conocido al inicio de este instrumental empezó, todos nos paramos de pié. Empezaron los aplausos que fueron eternos, los gritos, los silbidos... un bullicio general que duró toda la introducción. Y no era para menos, era el preludio del tema que llevó a TAPP al estrellato y que, sin exagerar, marcó a más de una generación.

Al terminar, se retiraron de la nada... entre aplausos, sí, pero de manera extraña, tan extraña que quedó en el aire. Pero no, no se iban aún... regresaron recibidos entre alboroto general y nos regalaron dos temas más antes de irse definitivamente.

Nos habían dejado extasiados. Fue más que maravilloso.

Era como sentirse en medio de Inglaterra a finales de los setenta, tan cerca del hombre que participó en discos tan importantes como el del prisma de Pink Floyd, del hombre que caminó por los pasillos del Abbey Road, que recorrió las calles británicas en su mejor época, musicalmente hablando. El Gran Teatro Nacional se engalanaba más que nunca gracias a las TQ Sessions, nuevo proyecto de TQ Producciones, dentro de las cuales, dicho sea de paso, llegaron también bandas como Marillion o Steve Hackett con su tributo a Genesis.

Fue un concierto sencillo, nada pretencioso, donde la única reina de la noche fue la música.

Dos horas de espectáculo que se pasaron volando. Son las 10:30 p.m. y tenemos hambre, nos vamos a un McDonalds cercano, comemos hamburguesas.

Volvemos a ser seres comunes.

Les dejo una playlist con todos los temas que tocaron en el concierto, en orden de aparición.


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