Revista Cultura y Ocio

Crónica: Amatria, el vino bueno, el flameado de mou y el clítoris de mis orejas

Por Robertomartos @_Roberto_Martos
Crónica: Amatria, el vino bueno, el flameado de mou y el clítoris de mis orejas

Ya te aviso de que para mí Amatria es el puto Evangelio, y si eso lo sumas a que soy público de corte fácil y que la cerveza me pone mimoso, no te esperes una crítica intensa de lo que vi este jueves en el Ochocomacinco. Pero para compensar, antes de que acabe la crónica te prometo que le habré puesto tres pegas a este concierto. Peguitas. Pero antes, acompáñame de 'flash back'.

Joni es culipardo, de Culipardilandia, tierra de viñedos. Digamos que es una uva que se puso gordísima con 'Ayer te salieron alas' en 2012, con el que abrió la puerta de entrada a tantos 'amatristas' con temas como '11 baños 20 euros'. No podemos comparar ni de lejos la producción de hoy en día con lo que pasaba en su obra de hace seis años, pero ya eran himnos, y sigo esperando que algún día deje caer alguno en un bolo.

La uva estaba ya madurísima un año después con 'Salir Ileso', y se hizo mosto a base de machacar su primer disco en 2014 y transformarlo en 'Hoy van a salirte alas'. Y cuando el mosto empezó a fermentar, allá por 2015, Amatria coge más forma todavía con su disco homónimo y ya se empieza a notar como sube la graduación.

El vino ya estaba hecho en 'Algarabía', su última toma, más superlativa, más redonda, más intensa. Y este verano, Joni se ha metido en barrica. Una barrica que le ha llevado a reventar festivales y a darse a conocer.

Tenía ganas de ver cómo le había sentado la madera de roble de las tablas festivaleras y por fin me plantaba en una sala para ver la evolución estival. Y la hay. Siempre se ha divertido en el escenario, pero el jueves le vi más cómodo. Los que fuimos al Ochocomacinco también nos divertimos. El vino ha salido bueno.

Empieza el sarao con la ya tradicional intro de ' Humanos Vs Máquinas', tremendo diálogo de violines y sintetizadores que decidió cortar a la mitad, justo antes de entrar la maquinaria. Enlaza con 'Discordia' con un primer subidón arropado por el cañón de confeti. Vámonos.

Después de 'Me falta algo' y 'Hay miedo' se arriesga por fin y mete 'Tú' en el repertorio. Abrió encuesta en sus redes sociales hace unos meses para ver qué temas reclamábamos y muchos se la pedimos. Quizá más lenta, pero Amatria en estado puro. De menos a más, como el concierto, como su carrera. Siempre en línea ascendente. Eso es Amatria y eso son sus conciertos. Un viaje de ida sin billete de vuelta. Un puto cohete. Brutal.

Con la sexta de la tarde ya habíamos tocado techo y ya no nos descolgamos. Optó por 'La Buhardilla' y Joni hacía spoiler desde el escenario. "Vamos a divertinos". Y tal cual.

Enlazamos con 'Lobo', rumbeamos con 'Siempre que quiera' y perseguimos sin éxito a 'El coche Fantasma' justo antes de 'Además', preludio de la primera sorpresa de la noche cuando subió a Óscar (Varry Brava) a la tabla para cantar 'Un poco de fe'.

Aquí el plato fuerte. El epicentro del concierto. Amatria sube a Delaporte para presentarnos 'Alud' por primera vez desde su estreno. Ponte en antecedentes: la canción tenía sólo 14 días de vida cuando Sandra y Sergio subieron al escenario, pero los 500 del Ochocomacinco hicimos los coros.

El alud sepultará las chinches antes o después, estoy seguro.

Desde entonces no he parado de pensar en cómo surgió este matrimonio eventual. Desconozco el proceso, pero me imagino cómo se sintieron la primera vez que mezclaron sus voces. Algo parecido a lo que sintió Homer en el capítulo 10 de la tercera temporada.

"Una noche las brujas de las hermanas de Marge fueron a pasarnos las diapositivas de sus últimas vacaciones. En cuanto vi aquel muslamen peludo y amarillo supe que necesitaba un buen trago. Entonces mezclé todos los culos que quedaban en las botellas de licor y con las prisas cogí el frasco del jarabe para la tos de los niños". Con esto y un fogonazo provocado por la ceniza del pitillo de Shelma, Homer inventó un cocktail que la injusta historia ha terminado llamando el 'Flameado de Mou'.

Pues eso es el 'Alud' de Joni y Delaporte. Te enciende, te envuelve y te mata de placer. Y ahí es cuando descubrí lo del clítoris de mis orejas. Por favor, sal, sal, sal... sal de mi cabeza.

El orgasmo fue intenso y prolongado en el tiempo, pero casi mejor fue el pitillo de después. Y es que mientras sonaba 'La piedra' empecé a echar cuentas con la sexta cerveza y caí en la cuenta de que el cierre iba a ser apoteósico. Se había guardado todos los temazos.

Acerté: Retomó 'Humanos Vs Máquinas' para aprovechar su tremendo subidón, que fue como la cuesta arriba principal de una montaña rusa. Y cuando ya estábamos arriba, solo había que dejarse caer y envolverse en la inercia. 'Animal', 'El Golpe', 'Chinches' y 'Encaja', ésta con la actuación especial de Marceli, su madre, que esta vez nos puso a bailar a todos, como ya hiciera en la Joy hace algunos meses.

Si el tramo final del concierto fuera una timba de Texas Holdem, Amatria juntó póker de ases para hacer saltar la banca y a todo el Ochocomacinco.

Ya os dije que con Joni soy un público fácil. Pero os prometí tres pegas. Peguitas.

1.- Cuando sonaba 'Alud' tiraron cañón de confeti. Mal.

2.- El juego de luces con 'La Piedra' casi me deja ciego.

3.- No sonó 'Prelación de documentos'. Sé que esta queja será eterna, pero es de mis canciones favoritas.

Os dejo, que tengo que cambiar las sábanas y airear un poco esto.


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