Mientras Lees tuvo el placer de asistir a dos de los espectáculos que ofreció el Festival Àsia en Barcelona del 20 al 24 de septiembre. Ambos espectáculos se ofrecieron como una novedad del festival, ampliando el abanico de artes escénicas que entusiasmaron al público con la magia de la acrobacia y el ilusionismo, tan patentes en el arte circense.
Festival Asia es un festival anual repleto de bellos espectáculos organizado por Casa Asia, asociación desde la cual se promueve la variedad cultural y artística del continente oriental ahondando también en economía, política, educación y turismo, fundada en el año 2001 y con sede en Barcelona. El equipo de Mientras Lees pudo apreciar esta prestigiosa muestra artística de la mano de la escuela acrobática de China Wuqiao y del malabarista e ilusionista japonés Ouka. También en el mismo festival hubo conciertos y actuaciones de bandas musicales de varios géneros, cantantes y bailarines procedentes de Corea, Pakistán, Irán… así cómo una banda coral formada por personas de veinticuatro nacionalidades diferentes, con el cartel de entradas agotadas en todos ellos. El punto y final lo puso la compañía Geimaruza con su danza tradicional japonesa.
La primera de las actuaciones a la que asistimos fue a la magnífica exhibición de equilibrismo ofrecida por la escuela china Wuqiao. Alrededor de quinientas personas asistieron al espectáculo, en su mayoría público infantil. Pequeños y mayores pudieron quedar totalmente asombrados por las casi mágicas acrobacias que llevó a cabo el equipo que representaba a la escuela, activa desde el año 1985. Dicha escuela ha participado en más de cuarenta concursos en China y el extranjero, ganando más de cincuenta premios, lo cual no nos extraña con la demostración de las habilidades que ofrecieron a los asistentes. Entre los muchos trucos que llevaron a cabo en los sesenta minutos de actuación, podemos destacar el de uno de los profesionales, el cual se subió sobre once sillas una tras otra, desafiando a la gravedad y al vértigo, ¡que hasta nosotros desde abajo podíamos sentir! El artista logró maravillar al público, que se entregó con un fortísimo aplauso.
También disfrutamos del talento de otros equilibristas que hacían rodar sobre sus pies grandes pesos, cómo una gigantesca maceta o incluso una barra metálica con los extremos ocupados por dos de las acróbatas. Del mismo modo nos sorprendió un artista que, haciendo salir a un asistente de entre el público, dobló con la fuerza de su cuello otra barra mantenida por sus extremos por el hombre del público que, maravillado como todos, no podía creer lo que acababan de ver sus ojos. Contando con la historia que su talento les ha cargado a los hombros, fue una oportunidad única poder disfrutar de tan legendarios artistas.
Tras este increíble desfile de talentos, atendimos al espectáculo del ilusionista Ouka, especialista en el RingArt, o lo que es lo mismo, malabarismo con anillos. Esta rama del ilusionismo lo ha hecho muy popular en su país y no es para menos, pues incluso el conocido director cinematográfico Takeshi Kitano quedó maravillado con sus artes escénicas. Y no solo en Japón: Ouka ha traspasado las fronteras asiáticas y ofrecido su talento a más de veinte países. También por internet la difusión de sus malabarismos le otorgó la fama merecida en medios como Yahoo y la American Broadcasting Company y, por supuesto, Youtube.
La actuación de Ouka se incluía dentro de una exhibición de circo internacional, espectáculo organizado especialmente para La Mercè, las fiestas locales de la ciudad de Barcelona, con las que coincidía el Festival Asia y cuyos espectáculos se centraban en la magia del circo en el lugar en el cual actuaban Ouka y la escuela acrobática: el Castillo de Montjuïc. De esta manera pudimos apreciar entre Ouka a otros artistas de su talla como los trapecistas canadienses Thomas Evans y Justin Sullivan o el malabarista estadounidense Eric Bates. El ilusionista japonés fue el último de los artistas en exhibir su talento, pero quedó a la altura de las expectativas tras haber disfrutado de las demás actuaciones. Nos gustó mucho como abrió su actuación: con uno de sus anillos representaba un medidor de volumen, que daba el ambiente sonoro perfecto para a continuación confundir la mente del espectador, o utilizar la magia desconocida por éste, cómo se prefiera interpretar, con una serie de trucos que no dejó a nadie impasible. El movimiento de los anillos era tan limpio que en todo momento se disfrutaba de las ilusiones ópticas y el baile de estos objetos en manos del artista.
En definitiva, quedamos muy contentos con las actuaciones de arte escénico que pudimos disfrutar y agradecemos y felicitamos a Casa Asia por poder ofrecer al público español unos conmovedores espectáculos tan llenos de magia y misticismo provenientes del preciado continente asiático que gustaron a grandes y mayores. De la misma manera animamos a todos los que no pudieron asistir a hacerle un hueco en la agenda del año que viene a tan singular festival que sin duda gozaréis al máximo.
Arien
A Arien le gusta el color azul cielo. Las corrientes de aire fresco sobre la cara. El olor a libros antiguos en mitad de una silenciosa librería olvidada. Le gusta cerrar los ojos y hundirse en la música, para dejar que le traspase todo lo que este tesoro transmite. El ambiente que ofrece un Re menor en piano.