Un poco más tarde de la hora anunciada, a ritmo de una exquisita introducción instrumental de Rubén Marrón, los miembros de Corizonas (7 en esta ocasión, faltaba Sergio Hermosilla) fueron poco a poco tomando el escenario y aarrancaron con dos canciones de su espléndido álbum The News Today, “Hey hey hey (The news today)” y “The Falcon sleeps tonight”. Desde el principio dejaron claro que sus composiciones propias no desmerecen junto a sus ya míticas versiones y que Javier Vielba se ha convertido en un frontman espectacular capaz de reventar la sala simplemente mirando a la gente por encima de sus gafas. Pero lo que más claro quedó es que Corizonas ahora son un verdadero grupo, una banda compenetrada y que ha conseguido que la suma de sus sonidos dé unos resultados no solo deliciosos sino también con una personalidad propia y definida. Así sonaron “Hotel room”, Thieves & liars”, “I wanna believe”… Las piezas que más recuerdan a los grupos originales son la instrumental “El Rancho” o las muy Arizona Baby “I Am (what I am)” y “Nothing is sacred”.
Por supuesto no podían faltar sus tremendas versiones, siempre retocadas, siempre con vida propia. De su admirado Neil Young nos regalaron, como viene siendo habitual, “Everybody knows this is nowhere” y juraría (aunque no estoy seguro) que también “Mr.Soul”, al menos en parte. “Runaway” (Dion) sigue siendo un bombazo, “Supernaut” (Black Sabbath) es sorprendente y “Too drunk to fuck” (Dead Kennedys) cerró el primer bis y fue coreada por toda la sala como si realmente no fuera a haber un mañana. Mención especial para “Wish you were here”, claro...
El segundo bis se hizo de rogar por unas molestias en la garganta de Javier, pero salieron y lo dieron todo con una enorme “Shiralee” durante la cual hubo invasión de quinceañeras en las primeras filas, algo que me recordó peligrosamente a los últimos conciertos de Love of Lesbian. Una lástima porque “Shiralee” me parece que puede significar para el gran público algo similar a lo que en su día “Judas el miserable” de La Frontera, pero no me gustaría que ese salto llevara consigo también las indeseables consecuencias de la fama selectiva, esa que lleva a ciertos fans a estar todo un concierto charlando por el móvil para meterse a empujones en la primera fila cuando suena la (posiblemente) única canción que conocen del grupo.
Estaremos atentos al devenir de Corizonas. ¿Aguantarán juntos mucho tiempo? ¿Habrá lucha de egos? ¿Llenarán estadios? ¿Tendremos pronto politonos de “Shiralee” para las niñas? ¿Conseguirán que el gran público los conozca, y que el público mediano no los encasille como grupo de versiones (algo que sería bastante injusto), o como grupo de directo (algo más razonable, pero que tampoco sería demasiado justo)? ¿Seguirán actuando por separado Coronas y Arizona Baby? No sé las respuestas, pero apuesto porque en las posibles próximas giras ya no les podremos ver en locales pequeños, así que habrá que aprovechar esta (por cierto, valencianos: hoy repiten en la Wah Wah). Ya no son dos bandas, pero su destino sigue afirmándose brillante día a día.
(Fidel Oltra, muzikalia.com)