Revista Regiones del Mundo

crónicas afganas: ¿Existe una alternativa real al opio?

Por Antoniopampliega

Desde Marjah.

“En las regiones donde se da el opio se puede cultivar trigo, cebada, algodón. La coalición está incentivando a los agricultores para que siembren sus campos con otros productos. En Helmand, por ejemplo, se ha abierto una fábrica de algodón; se está haciendo hincapié en la importancia del agua en las provincias del sur de Afganistán y se están desarrollando planes para mejorar los sistemas de regadío y poder así fomentar la agricultura”, afirma el general español Santos Senra… Pero la teoría no se acaba de plasmar y muchos agricultores afganos aún prefieren sembrar sus campos con adormidera- de donde se extraerá el opio- que de trigo, cebada o algodón.

Los campos de Marjah empiezan a tornarse verdes. La primavera ha llegado antes de tiempo al sur del país y eso se nota en las zonas rurales. El color esmeralda se entremezcla con los marrones grisáceos de la tierra. Pero ese verdor es especial. “En todos estos campos hemos plantado opio. Sino plantamos opio ¿qué íbamos a plantar? De qué íbamos a vivir y con qué daríamos de comer a nuestros hijos. Llevamos toda la vida plantando opio…”, se pregunta extrañado Rahim que desconoce por completo las iniciativas lanzadas por la colación para que los agricultores de Helmand- sólo esta provincia produce más de la mitad del opio que se consume en el mundo.

Pazhwaak Reza, otro agricultor de Marjah, labra su tierra con una desgastada azada. A su lado, su hijo Poia, de seis años le ayuda con otra más pequeña; es la sombra de su padre... El caso de Pazhwaak es especial. Él decidió acogerse a las ayudas ofrecidas por el gobierno de Gran Bretaña- la zona de Helmand está bajo su influencia- y cambio el opio por trigo. “Me ofrecieron ayudas para que dejase de cultivar adormidera en mis campos. Al principio la idea me pareció estupenda porque el beneficio económico que sacaba era similar pero ahora me parece una mala idea. El precio de los cereales ha caído en picado porque hay muchos agricultores- como yo- que se acogieron al plan y el mercado se encuentra saturado; mientras que los que cultivan opio ganan más ahora que antes”, afirma el agricultor mientras cava una pequeña zanja para que el agua de un canal cercano inunde sus tierras.

El programa al que hace referencia ofrecía repartir fertilizantes, semillas de cereales, árboles frutales y hortalizas a más de 50.000 agricultores en toda la provincia. Los agricultores que se acogieron a este plan se comprometieron a no volver a cultivar adormidera en sus campos; pero con el tiempo han visto cómo el beneficio que sacan cultivando cereales u hortalizas es infinitamente menor a cuando sembraban opio. Actualmente el kilo de trigo vale alrededor de un euro; mientras que el kilo de opio se paga a casi 35… El beneficio no tiene comparación posible.

El opio es una fuente de ingresos vital para la insurgencia para aprovisionarse de armas con las que atacar a las tropas de la coalición. Estados Unidos es consciente que sus bajas se producen por el dinero del opio y por eso lanzó, a mediados de febrero, la operación Moshtarak con el fin de evitar que los talibán pudiesen seguir lucrándose del opio. La insurgencia recaudaba el 10% de toda la cosecha que produce un agricultor. A cambio le dan protección y velan por su seguridad. Era un beneficio mutuo y ambas partes salían ganando… Ahora los agricultores que han plantado opio ven como sus campos son arrasados por las tropas de Estados Unidos que echan a perder las cosechas y dejan a miles de agricultores sin otra alternativa para subsistir…

“El fin que perseguimos en Marjah es que sean los propios agricultores los que se den cuenta de que cultivar trigo o algodón es una opción a la que deben acogerse para poder sobrevivir. Ellos deben entender que el opio que ellos cultivan revierte en armas que los talibán utilizan contra nosotros y eso es algo que no vamos a tolerar”, asevera el teniente Steven Nigel de la compañía Bravo de los marines de Estados Unidos.

Es complicado mentalizar a un agricultor para que deje de cultivar opio; aunque los campos de la provincia de Helmand no siempre conocieron el verdor de la adormidera. Los soviéticos fomentaron el cultivo de trigo, cebada y algodón… Para ellos impulsaron sistemas cooperativos para que todos los agricultores pudiesen sacar unos beneficios aceptables; además el gobierno pro soviético facilitaba a estos agricultores simientes, abonos, fertilizantes… Ahora el gobierno afgano no ofrece ningún tipo de ayudas y son los propios agricultores los que deben comprar el abono para sus cosechas… Algo que deja en mínimos los beneficios…

En Marjah, como en toda la provincia de Helmand, proliferan carteles alentando a los agricultores a dejar de cultivar opio para sembrar trigo… Pero el hambre puede más que las ganas de cambiar y mientras los miembros de la coalición no ofrezcan alternativas que beneficien a todos Helmand seguirá siendo el vergel del opio y el proveedor del mundo…


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