Revista Ciencia

Crónicas del Campo Santo, Nº 10. Pandemia de demencia.

Por Daniel Paniagua Díez
Crónicas del Campo Santo, Nº 10. Pandemia de demencia.

Crónicas del Campo Santo Nº 10: Pandemia de demencia

Restricción de movimientos, profusión de noticias falsas y alarmistas, y los médicos perdiendo la chaveta enfrentándose a diversos sindromes más severos o más llevaderos de una "misma enfermedad". Y continúan rastreando a los "enfermos asintomáticos", que no enferman pero pueden transmitir, ¿curioso, verdad? ¿Cómo es que con una gripe novísima unas personas fallecen, directamente, y otras ni se enteran? Y esto ocurre en todo el planeta al mismo tiempo, ¿será casualidad?

¿Tendremos que ponernos a rezar? Meditemos unos instantes: ¿no serán los mismo viejos rollos que nos presentan como nuevos? Tomo un cálamo y leo: ¿están intentado crear un nuevo Credo Católico? Esto es: de alcance mundial y válido para todas las poblaciones del planeta. Confiemos en que no sea el mismo trágala de siempre, y que mantengan alejados a los masones y sus enredos. (Me parece que ahora están aprendiendo a "deconstruir". Sabio esfuerzo)

Crónicas del Campo Santo, Nº 10. Pandemia de demencia.

Trola gorda: el Corona y el SCV 2 fueron "creados por el planeta", que el pobrecito se queja por las actividades de los minúsculos habitantes de las superficie. No tendría nada mejor que hacer el Gran P. (Al menos en esta ocasión no se ha recurrido al socorrido: ¡¡Castigo Divino!!, por vuestros pecados y bla, bla, bla...)

Y así una trola tras otra durante miles y miles de años..., para ocultar lo evidente.

Crónicas del Campo Santo, Nº 10. Pandemia de demencia.

A mí no me mire, yo soy transparente en este asunto. Son rastreros seres que nunca han dado la cara manipulando una y otra vez a una humanidad dividida e infantilizada ¡artificialmente! Es tan artificial como el dinero, por lo cual nos matamos diariamente. Los que verdaderamente manejan el dinero, por que son los que lo fabrican, casi nunca son conscientes de estar sirviendo a "otra gente" que se rie de ellos, pues no lo utilizan jamás.

Crónicas del Campo Santo, Nº 10. Pandemia de demencia.

La Resonancia Schumann, fija en algo menos de los 8 hz, y los Campos Magnéticos de Van Allen tan solo son la punta del iceberg que estamos comenzando a visualizar, algo totalmente artificial.

Crónicas del Campo Santo, Nº 10. Pandemia de demencia.

En la noosfera están atrapadas las mejores mentes de estos últimos años, y son obligados a mantener forzadamente este trampantojo llamado Mundo 3D.

Un ejemplo de libro y muy actual: el dinero digital, ¿cómo llegar a tal? Por cada euro que usted gasta utilizando medios digitales (tarjeta, teléfono, ordenador, etc.) es un euro que no tienen que fabricar en moneda o papel, ¿brillante idea, verdad? Pero es el mismo engaño utilizado durante miles de años. Ya sea criptodivisas, del estado ridiculo que diga patrocinarlo, ya sea dinero digital (etereo) el engaño, el timo, las estafas, ¡seguirán ahí! Como el dinosaurio del cuento, cada mañana te despiertas y el monstruo sigue ahí.

Llevo algún tiempo indicando que para salir de esta esclavitud monetaria y laberinto de ignorancia un primer paso en la buena dirección sería pasar al dinero mensual, mensualmente caducable, nunca acumulable. Con cada luna nueva cuenta nueva, se llena el monedero, y el día antes de la siguiente luna nueva el monedero se pone a cero. Esto nos ayudaría a comprender en qué trampa diabólica estamos metidos gracias a eso que llamamos dinero.

Crónicas del Campo Santo, Nº 10. Pandemia de demencia.

Ya tan solo los muertos (y los zombis) se empeñan en seguir creyendo que este es el único planeta habitado por personas en todo el universo, es de memos esa creencia (¿tendrá algo que ver ese tipo de instalaciones que lucen en lo más alto de algunos edificios en este asunto?). Pero pasemos a alguna anécdota jocosa: estando en Asturias me ocurrió. Fue como lo de los balcón-nazis ¡pero al revés! Me vieron fumando en una ventana de un sexto piso y desde abajo, unos viandantes, me empezaron a gritar para que apagara el cigarrillo, ¡que está prohibido!

¿Y eso, ho? ¿Les puede afectar el humo que yo exhale en la sexta planta pero no toda la mierda de los vehículos de combustión interna, gasóleo y gasolina, que les pasan continuamente al lado?. Demencial.

¡Ag! Mi karma huele a pies cansados, no escruten más arriba pues tengo los menudos acartonados, negros del humo de cien batallas estúpidas, y el cimborrio embozado. Y aún también la suplente, es por ello que me cayo y ya no digo nada al ver pasar a la gente con la mascarilla en la cara paseando al borde del mar. 

Muertos de miedo, muertos en vida, zombis; vaya imágen estamos dando los españoles. Nunca lo hubiera pasado a creer.


Daniel Paniagua Díez

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