Crónicas del Campo Santo Nº 35
Aquellas estupendas ideas de las sociedades abiertas (de K. Popper y otros), de la capacidad de la sociedad civil para sobreponerse a las crisis, ¿dónde se fueron?
Pongo siempre el ejemplo del Camino de Santiago, abierto a todo tipo de caminante y la capacidad de las Asociaciones de Amigos del Camino y otros tipos de organizaciones, y sobre todo de la iniciativa privada, personal, con su actitud de brazos abiertos, de acogida, (cristiana, budista, espiritualista, la que sea) como una fuerza extraordinaria capaz de cambiar la sociedad, a otro tipo de seres humanos ligeros de equipaje, peregrinos en tierra extraña.
Siempre encuentras alguien que te acojerá.
Pero, claro, ha de estar abierto, tiene que existir ese "flujo" de gentes a pie o en bicicleta. Atemporales, buscando Su Camino.
Hermosas chicas ciclistas pasan, embozadas, lanzando destellos amorosos con sus ojazos numinosos. ¡El casco, guapina! El casco es lo necesario.
Detectadas inmensas cantidades de agua en los planetas Urano y Neptuno. Si fuera vino o sidra ya estábamos yendo para allá. ¡A buscar la ballena! ¿Vuelan las ballenas de Neptuno?
¡Cómo está el patio!; siguen dando la brasa los moros con lo de Al Andalus, traducido al español actual: El País de Los Vándalos, que los españoles de entonces llamaban Sarracenos.
Cuando les echaron de Granada pasó el país a llamarse Andalucía, perdiendo la V en el nombre. Vándalos, rubios y pelirrojos, de ojos claros, esos eran los sarracenos. Arabes vinieron cuatro a la península con el islam, y los demás moritos para la picadora de carne. Aquellas fueron guerras entre... ¡europeos!
Veo a demasiada gente con cara de hambre y de capa caída, y ninguno es migrante. ¿Por qué será? En este mundo nos quieren a todos de creyentes, da igual la creencia, da igual; ahora se han sacado la del XIX. El año próximo se pueden sacar otra ¡y funcionará!
Daniel Paniagua Díez