Revista Viajes

Crónicas lusas: óbidos

Por Orlando Tunnermann

CRÓNICAS LUSAS: ÓBIDOSCALLES DE ÓBIDOS
Dejo atrás la primigenia Alpesa romana, hogaño Elvas, para fundirme en un laberinto fortificado de colores blancos, azules, amarillos, verdes o rojos.Oppidum, actual Óbidos, en el distrito de Leiria, es una hermosa acuarela medieval amurallada prolija en construcciones eclesiásticas y un castillo esplendoroso, levantado sobre un asentamiento previo de época árabe (año 713).
Este lugar elegido por los reyes como parada estacional de asueto y solaz fue hábitat de romanos, visigodos y árabes.Me cuentan que fue Catalina de Austria quien erigió el magnífico acueducto de 3 kms de longitud que cautiva mis retinas y apabulla la emoción. También bajo su atenta supervisión y anuencia surge la despampanante iglesia de Santa María (1148), ubicada en la plaza de idéntico nombre.
Me espera dentro un mural asombroso de azulejos y pinturas, dormidas en el interior del sacro recinto de fe y oración.La Puerta de la Villa y la de la Sra.de la Gracia confluyen en un paisaje policromado de estética impresionista, como gestados en la fábrica de ensoñaciones de Matisse o Monet.No es sin embargo una paleta de colores bravucones y vivaces, petulantes y engolados, como los tonos emperifollados que encontramos en las típicas tabernas irlandesas o en los encantadores rincones de Islandia o Noruega...
El colorido de Óbidos se viste de belleza decadente, con desconchones y escaras propias de la vejez.Reconquistada por Alfonso I de Portugal en el año 1148, la "Villa de las reinas", Óbidos, era la opulenta ofrenda que se otorgaba a las futuras reinas como regalo de bodas.
CRÓNICAS LUSAS: ÓBIDOSPANORÁMICA DE ÓBIDOS
Esta localidad de de fachadas teñidas conoció cruentas guerras con España en el siglo XIII. Admiro el entorno blanco, que flirtea con colores de mayor empaque, y la serenidad se antepone a cualquier otro aspecto de reminiscencias bélicas.
Uno no debe marcharse de Óbidos sin callejear por las idílicas calles empedradas, entre azules y blancos, amarillos y marrones, y por supuesto, degustar las excelencias del delicioso licor autóctono: la grinjinha.En combinación con el chocolate, da como resultado una fusión exquisita.Veremos en las tiendas copiosidad de bordados, telas, paños y mucha grinjinha.
CRÓNICAS LUSAS: ÓBIDOSGRINJINHA O GINJA SERVIDO CON CHOCOLATE.

He mencionado, como absorbido por las tonalidades valerosas de las entrañas de Óbidos, su carácter romántico y medieval, pero no puedo por menos que adornar con vocablos hermosos la elocuente belleza del oratorio en honor a la patrona, Nuestra Señora de la piedad, situado ante la inexpugnable muralla que nos da la bienvenida con apostura altanera.
CRÓNICAS LUSAS: ÓBIDOSCASTILLO
CRÓNICAS LUSAS: ÓBIDOSCALLEJÓN EN ÓBIDOS

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