Croquetas de dátiles y queso gorgonzola

El sabor picante y algo salado del queso azul, en contraste con la dulzura intensa de los dátiles dan como resultado unas croquetas con las que seguro sorprenderéis en la mesa.

No hace falta decir, que la textura suave del queso gorgonzola lo convierte en ideal para fundir en la bechamel de las croquetas, como por ejemplo, en esta otra receta de croquetas de champiñones y gorgonzola.

Por su parte, los dátiles constituyen un alimento muy energético y nutritivo, y con un alto contenido en vitamina B5, necesaria para transformar las grasas en energía, son un capricho dulce que nuestro organismo en realidad agradece.

Con esta receta de croquetas de dátiles y gorgonzola, vuelvo a retomar los retos blogueros después del parón de la navidad, y me la llevo para el reto Color y Sabor de Temporada de Pilar Monge.

Ingredientes (para unas 14 croquetas):

• 6 o 7 dátiles
• 30gr de queso gorgonzola
• 500ml de leche (aprox)
• 6 cucharadas colmadas de harina
• 1/2 cebolla
• 1 huevo
• pan rallado
• nuez moscada
• aceite de oliva
• sal y pimienta

Elaboración:

Como con cualquier otras croquetas que lleven bechamel, no podemos ponernos a preparar la masa en el mismo momento en que queramos consumirlas. Tendremos que hacerlo con al menos 1 hora de antelación, pues es necesario dejar enfriar la masa para poder liarlas.

Una vez puestos sobre aviso, vamos con la elaboración, que es realmente sencilla.

En primer lugar picamos finamente los dátiles (a los que quitaremos el hueso) y la cebolla.

En una sartén amplia, ponemos 3 cucharadas de aceite de oliva, y pochamos la cebolla con una pizca de sal. Cuando empiece a estar transparente incorporamos la harina y removemos constantemente para que se tueste.

Incorporamos ahora la leche fría poco a poco, sin parar de remover, añadiendo un poco más conforme el guiso la vaya absorbiendo. La cantidad de leche es aproximada, pero 500ml es casi seguro que os pedirá la masa. Tenemos que remover constantemente durante un buen rato, para que la bechamel vaya espesando.

Una vez que la bechamel haya tomado cuerpo, añadimos el queso gorgonzola desmigado.

Seguimos removiendo para que el queso se funda bien y se integre con toda la masa. Cuando esto ocurra, es el momento de añadir los dátiles, sin parar de remover durante un minuto.

Salpimentamos ahora la masa  a nuestro gusto y espolvoreamos con un poquito de nuez moscada rallada.

Seguimos removiendo hasta que la bechamel de despegue completamente de la sartén.

Retiramos la sartén del fuego, y esperamos a que la masa deje de humear. Cuando esto ocurra, pasamos la mezcla a un recipiente que podamos guardar en el frigorífico tapado. Ahora tenemos que esperar a que la masa se enfríe por completo antes de poder trabajar con ella. (Mínimo 30m en el frigorífico).

Cuando por fin la masa esté lista, es el momento de liar las croquetas. Con la ayuda de dos cucharas, para pringarnos menos las manos, vamos haciendo bolitas alargadas hasta que hayamos utilizado toda la mas.

En un plato batimos un huevo y en otro ponemos 5 o 6 cucharadas de pan rallado.

Pasamos ahora cada una de las bolitas, primero por huevo y después por pan rallado hasta que queden totalmente emborrizadas.

En una sartén ponemos suficiente aceite de oliva como para que cubra las croquetas (o que las cubra a la mitad, si queremos utilizar menos aceite, aunque así corremos el riesgo de que alguna se abra) y lo calentamos hasta que CASI empiece a humear. Es el momento de freír las croquetas hasta que queden bien doradas por todos los lados.

Vamos sacando las croquetas a un recipiente con papel de cocina para que absorba todo el aceite sobrante.

¡Y ya tenemos listas nuestras croquetas de dátiles y queso gorgonzola! ¿No os parecen super originales? ¡Pues encima están deliciosas!

Espero que os haya gustado esta receta de croquetas diferente. Y ya sabéis que si no queréis perderos ninguna receta, podéis suscribiros al blog para recibirlas en el correo. O si lo preferís, también están todas en Facebook y Twitter.

¡Que aproveche, Calderer@s!