Ya había hecho unas croquetas de cebolla y zanahoria, pero en lugar de con bechamel, las hice con base de puré de patatas.
Han estado unos amigos de almería en Barcelona estos días, y hoy, como despedida, me pidieron croquetas de puerros y zanahoria, y decidí hacerlas con bechamel.
Veréis que la receta se parece mucho a las otras recetas de croquetas, y es que las croquetas, ¡No tienen misterio, señores! Una vez sabes hacer la base, lo demás es inventar.
Ingredientes para 24 croquetas medianas-grandes
– 2 puerros grandes
– 2-3 zanahorias medianas-grandes
– aceite de oliva (para sofreír y para freír)
– 1 cubito de caldo de verduras concentrado ecológico (También podéis usar caldo de verduras en polvo, como el que tienen de Vegetalia)
– sal rosa del himalaya
– pimienta negra
– jengibre en polvo
– 5 cucharadas harina de trigo blanca
– pan rallado (cantidad necesaria para rebozar)
– 400ml leche de avena + cantidad necesaria para rebozar (Yo os recomiendo Yosoy, porque no edulcora sus leches, es una compañía que solo trabaja con productos vegetales, ecológicos, y la leche de avena en concreto, para cocinar platos salados, es genial. Tiene un sabor neutro que permite saborear el resto de ingredientes)
1. Picamos fino el puerro y lo ponemos en una olla mediana (o sartén antiadherente grande) con un poco de aceite de oliva y rehogamos unos minutos.
2. Mientras, pelamos y rallamos las zanahorias.
3. Cuando vemos que el puerro está volviéndose transparente, añadimos la zanahoria, y dejamos acabar de sofreír a fuego lento. Es importante que no se pegue ni se queme, así que debe haber suficiente aceite, pero sin pasarse (yo le pongo el suficiente para que cubra la base, pero que no llegue ni a medio dedo meñique)
4. Cuando ya tengamos el puerro y la zanahoria pochados (debe estar blandos) desmenuzamos el cubito de verduras hasta hacerlo polvo, y lo añadimos al sofrito junto con sal, pimienta al gusto y jengibre (yo le puse 1/2cdta) Removemos bien.
5. Añadimos la harina blanca de trigo y mezclamos bien hasta que toda la harina se dore (veréis que se empieza a formar una pasta)
6. Añadimos la leche de avena y no dejamos de remover, hasta obtener una masa de croquetas (tarda un poco en espesar, y parece que nunca va a llegar al punto en que quede consistente, pero creedme, llega a ese punto) Comprobamos que tal de sabor, si le falta sal o pimienta, y rectificamos.
7. Metemos el relleno en un tupper y dejamos enfriar a temperatura ambiente al menos 4 horas. (Podemos acelerar el proceso refrigerándolo)
8. Para rebozar, nos humedecemos las dos manos con leche de avena, y cogemos un pedazo de relleno del tamaño que consideremos adecuado (yo os aconsejo que no sean muy grandes) nos lo pasamos de una mano a otra hasta darle forma de croqueta. Entonces esparcimos pan rallado por encima y volvemos a pasar de una mano a otra. Nos volvemos a humedecer una mano con leche de avena y volvemos a pasarnos la croqueta de un lado a otra. Repetimos el paso del pan.
9. Para freírlas, el aceite tiene que estar MUY caliente, o se desmenuzaran o quedaran blandas. Si el aceite está muy caliente, quedarán crujientes por fuera y consistentes.
Et voilà! Ya veis que misterio, ninguno. Están buenísimas. No han quedado ni las migas!
Perdonad la calidad, pero en principio no iba a subir la receta. Dado el éxito, he preferido hacerlo y la calidad de las imágenes no es muy buena.
Espero que os haya gustado, y bon apetit!