Aunque ya había hecha las croquetas con chicha, no acabaron de ser lo que esperaba. Buscaba algo similar a las croquetas de pollo o cocido, pero evidentemente vegano. ¿Por qué? Porque buscaba que fuese un plato nutritivo, y no simplemente un frito.
El resto de croquetas son bajitas en proteína, y añadiendo soja texturizada conseguía el efecto pollo, crueltyfree :D
Ingredientes para unas 30-40 croquetas:
– 1 bolsa de setas congeladas
– 1 puerro y 1/2 mediano
– 5 cdas soperas rebosantes de aceite de oliva virgen extra
– 1 cda sopera de orégano en hojas
– 1 cda sopera de perejil seco
– 1cubito de concentrado de caldo de verduras
– 1/2 vaso de vino blanco
– 200gr de soja texturizada fina
– 1/2 cdta setas en polvo
– 1 cdta ajo en polvo
– sal yodada
– pimienta molida
Ingredientes bechamel:
– 4 cdas soperas rebosantes de harina de trigo de fuerza
– 250ml leche de soja sin azúcar ni fructosa ni endulzantes
– 1cda sopera de aceite de coco de MyProteine
– cebolla en polvo
– un pelin de sal moscada
– sal yodada
– pimienta molida
– 1/2 cdta setas en polvo
Ingredientes rebozado:
– 2 cdas soperas de harina de garbanzo
– 2 cdas soperas almidón de maíz
– leche vegetal sin azucar al gusto
– pan rallado
– sal negra del himalaya
– pimienta
Preparación del relleno:
1. Picamos el puerro y lo salteamos en una olla hasta que se poche.
2. Añadimos las setas congeladas y salteamos hasta que se descongelen. Es importante que sea a fuego lento porque nos interesa que quede el agua que sueltan las setas en la olla.
3. Una vez descongeladas añadimos el cubito de caldo concentrado, las especias, el ajo en polvo, el polvo de setas, el vino blanco y dejamos cocinar unos minutos para que el alcohol se evapore.
4. Añadimos la soja texturizada y removemos bien para que se empape con el jugo que ha sobrado. Tienen que quedar hidratadas. Corregimos de sal y pimienta.
5. Con ayuda de nuestra blender o trituradora yo usé mi Optimum G2.1, trituramos 3/4 de la masa (escogiendo especialmente las setas grandes que no podrían formar parte de una croqueta)
6. Mezclamos con la masa restante.
Preparación de la bechamel:
1. Calentamos el aceite de coco a baja temperatura en una olla grande.
2. Cuando se haya derretido, añadiremos, la cebolla en polvo, un poco de nuez moscada, sal, pimienta y las setas en polvo, removemos bien y automáticamente añadimos la harina y removemos hasta que se haya tostado (no debe quedar harina cruda)
3. Es entonces cuando añadiremos la leche de soja sin azúcar (os recomiendo que sea de soja por su alto contenido en proteínas, cuajará más) y removeremos bien hasta formar la bechamel que tiene que que quedar bien espesa. Un truco es subir la temperatura en este proceso. No os preocupéis si os quedan grumos, podéis usar la minipimer luego para suavizarlo.
Mezcla el contenido de la bechamel y la masa y deja enfríar 24h en la nevera tapado con film o con una tapa de tupper.
Preparación del rebozado y montaje:
1. Mezclamos la harina de garbanzo y la maicena y seguidamente añadimos la sal negra, la pimienta y por último la leche al gusto.
2. Necesitaremos una ensaladera llena de agua donde poder ir mojándonos las manos cada vez que queramos montar una croqueta.
3. Un plato con pan rallado (que iremos cambiando ya que el pan del plato se irá apelmazando)
4. Finalmente: nos mojamos las manos en agua, y las escurrimos la una con la otra (no uséis trapos), coged un pedazo de masa y dadle forma de croqueta o de bola, pasadla primero por pan rallado, luego por la mezcla de harinas con leche vegetal y de nuevo por pan rallado, acabando de darle forma con la mano. Repetir el proceso hasta terminar la masa.
COCINARLAS:
Yo recomiendo fervimientemente que sean fritas, sumergidas del todo (si no queréis gastar mucho aceite usad una sartén pequeña) en aceite MUY caliente. De lo contrario, se espachurrarán.
CONSERVACIÓN:
– En la nevera aguantan 24h una vez montadas (sin cocinar)
– En el congelador, 6 meses, bien aisladas (por ejemplo, en un tupper, en una bolsa con cierre hermético etc)