El pasado domingo 15 de enero corrí el Cross de la antigua ciudad romana de Itálica, en su versión popular. Una edición que pude disfrutar antes, durante y después de la carrera por la cantidad de vivencias en torno a una carrera mítica en el atletismo, donde se dan cita los mejores atletas de España y del mundo para correr uno de los crosses con más prestigio. Y este año con el sol fuera y nada de frío, ni aire y ni una sola gota de lluvia.
Este año se presentaba el cross de manera muy especial, porque, por un lado, mi madre hacía su primer cross en la histórica primera edición del Cross Popular Femenino, promovido por la organización con la intención de dar visibilidad y reconocimiento a la mujer, y, por otra parte, por cerrar así mi paso por el campo a través esta temporada, que ha sido una experiencia de aprendizaje.
📷 Lupe Rangel
Mi madre hizo un gran cross que no se le resistió en ningún momento, a pesar de la dureza que tiene el circuito (aunque se vea más fácil desde fuera). Corrió en todo momento con muy buenas sensaciones por los ánimos de muchos amigos presentes en el vistoso trazado junto a las ruinas romanas.
📷 Lupe Rangel
Seguidamente me puse a calentar para correr el cross popular masculino, al mismo tiempo que veía correr en distintos puntos a las chicas de la élite del Internacional Femenino disputar su prueba, con muchos ánimo a atletas de la talla de Alessandra Aguilar, Nuria Lugueros, Trihas Gebre, Ana Lozano, Gema Martín o las sevillanas Carolina Robles Monica Hernández o las gemelas Macías Villar (Gloria y María).
Con Alessandra Aguilar
Junto a Nuria Lugueros
Foto: F. Galbarro
Un poco más de trote y ejercicios de movilidad articular para situarme en el arco de salida, en una buena ubicación para disponer de una salida favorable que me permita evitar el tapón que se puede originar de inicio. Se da la salida y efectivamente consigo buena posición, aunque cuesta encarar las subidas junto al lago. De sensaciones positivas no andaba muy sobrado y corrí energías muy justas, debido a que la semana pasada fue de bastantes kilómetros para preparar la Media Maratón de Sevilla (incluyendo una tirada de 20 kms a ritmo vivo).
Foto: Lupe Rangel
A pesar de todo, tuve que tirar de ganas, muchas ganas para que mi actuación fuese siquiera lo más digna para mí. Destaco de la prueba el paso junto a las Termas de la Reina donde se concentraba la mayor parte del público, muchos amigos por allí animándome. Sorprendenteme me encuentro mejor pero tampoco es que vaya mucho más alegre (de ná de ná a ná de fuerzas); no obstante, consigo subir posiciones con más ansia que otra cosa. En una de las últimas subidas, me arenga un corredor que me comentó que fue campeón hace unos 30 años, cuando competía en categoría júnior y al que le prometí mencionarle en estas líneas. Era Manuel Espárraga del Gedysa Comarcal, un club de atletismo de la comarca de Antequera.
Foto: Álvaro Galván-el gorra
Entro en meta, como suele ser habitual cada vez que coincidimos en carreras, con el mensaje del speaker Juan Garrido como motivación, con sensaciones positivas pero totalmente vacío. Clavo el cross en un tiempo de 25 minutos (media aproximada de 3:35 min./km), resultado que me satisface las expectativas con las que me presenté a esta prueba.
Foto: F. Galbarro
Y tras echar una carrerita, estuve disfrutando del Cross Internacional Masculino, con la élite africana volando, de manera literal, en la cuna de los emperados Trajano y Adriano, españoles dando la talla como Javi Guerra, Toni Abadía, Jesús España, Fernando Carro o José Manuel Abascal y muchos andaluces y sevillanos (muchos amigos también) dejándose la piel con los mejores como Samu Lay, Eladio Ruiz, Javier Carrasco, Fernando Chacón o Manuel Domínguez Durán.
Una jornada redonda con el mejor atletismo y una magnífica carrera que superé con creces. Terminó mi ciclo de cross y ahora es momento de afrontar con optimismo el retorno al asfalto, y que mejor manera de hacerlo que consiguiendo una nueva marca personal en la Media Maratón de Sevilla de la semana que viene, a la que llego muy ilusionado y reforzado moralmente.
¡A seguir a tope!