Tras un árido verano en lo referente al cine, parece que los nubarrones van despejándose y se entrevén los primeros rayitos de sol. “Si corres como un rayo, te estrellarás como un trueno” es la frase que le dicen al descarriado personaje que interpreta magníficamente Ryan Gosling, y a la vez bien podría decirse que resume la sensación final de esta película: ligeramente pretenciosa aunque interesante y con halo de pesimismo hiperrealista.
El director de Blue Valentine compone esta sinfonía para un acertado reparto coral que se hacen fuertes unos a otros en sus interpretaciones y en el que destacan el citado Gosling, Eva Mendes, alejada de su de explosivo florero estándar, Ray Liotta clavando el papel que mejor sabe hacer, y sobre todo el joven Dane DeHaan (ojo a este chico) y Bradley Cooper, actor de moda en lo que hasta ahora es el mejor trabajo de su carrera (ya, ya sé que el año pasado estuvo nominado al Oscar).
La cinta trata con momentos de dispar brillantez una historia que son en realidad tres entrelazadas y que tras meditarlo, la prudencia me dice que sólo debo desvelar que el personaje de Gosling conduce una moto, el de Cooper es policía, el de Mendes es uno de los nexos y DeHaan encarna a un adolescente muy atormentado. La irrupción en escena de todos los protagonistas es realmente buena, y el aura de pesimismo febril que flota de principio a fin en el ambiente, lo más logrado junto a la credibilidad que contagia el plantel y la estética noctámbula a lo Michael Mann.
Más que un cruce de caminos podría decirse que los personajes flotan a la deriva emocional a la espera de que una ola gigante se los lleve por delante. Los peones en este tablero cuya partida se empeña con deliberada dedicación a dejar el poso de que el destino realmente existe y realmente se puede alterar tienen en su mayor parte más agujeros en el alma que en el vestuario de tirado que luce Ryan Gosling (para no perder detalle). Casi dos horas y media que no llegan a hacerse largas y que son necesarias para colocar todo en su sitio en este tríptico. Si algunos pasajes puede que estén unidos con cierta fragilidad de guión, en su conjunto estamos ante una cinta meritoria que espero dé el pistoletazo de salida del curso cinematográfico que merece la pena verse. Al menos lo que sí ha logrado en quien suscribe es la idea de haber visto la primera película en meses que realmente puede decirse que me ha gustado. Y con el veranito que hemos tenido ha habido que bajar mucho el listón, pero hasta ahora, ni aun así…
Dirección: Derek Cianfrance. Título original: The place beyond the pines. Duración: 140 min. Género: Drama, thriller. Intérpretes: Ryan Gosling (Luke), Bradley Cooper (Avery Cross), Eva Mendes (Romina), Ray Liotta (Deluca), Rose Byrne (Jennifer), Bruce Greenwood (Bill), Ben Mendelsohn (Robin), Dane DeHaan (Jason). Guión: Derek Cianfrance, Ben Coccio y Darius Marder. Producción: Lynette Howell, Sidney Kimmel, Alex Orlovsky y Jamie Patricof. Música: Mike Patton. Fotografía: Sean Bobbitt. Montaje: Jim Helton y Ron Patane. Diseño de producción: Inbal Weinberg. Vestuario: Erin Benach.