Revista Viajes

Cruceros por la patagonia chilena

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros
Glaciar de San Rafael, Chile

Glaciar de San Rafael, Chile

Cuando se han recorrido las tres cuartas partes de la costa chilena en dirección sur el país comienza a deshacerse en multitud de archipiélagos, islas cubiertas de exuberante vegetación y hielo; grandes e inquietantes campos de hielo que se hacen uno con el paisaje más bello que podríais haber imaginado.

Esta espectacular costa de filigrana incluye unos paisajes marinos y terrestres increíbles, así como canales helados que se abrieron como consecuencia de la actividad sísmica y glacial de la zona hace millones de años; y ello ha dado como resultado una abrupta y salvaje orografía que hace que la vida humana se haga realmente complicada. Pocos son los que se atreven a vivir en la región, y quienes lo hacen principalmente suelen ser comunidades indígenas o personas relacionadas con el turismo o la ciencia, que residen de manera estacional.

Para moverse por la zona se hace necesario el empleo de barcos preparados para ello, principalmente turísticos; los principales son el Skorpios III y el Terra Australis.

El primero de ellos, el Skorpios III, es la nave más lujosa de la flota rojiblanca perteneciente a la familia Kochifas, una importante familia de navieros que abrieron esta zona al turismo internacional a finales de los años 70. Entre las paradas de la ruta (*) que ofrecen se incluye la isla Grande de Chiloé, una de las tres islas habitadas de una región donde apenas se aprecian huellas del ser humano. A continuación el barco se dirige hacía el sur, hasta el estrecho de Magallanes y el fascinante glaciar de San Rafael, el destino final del barco en el extremo sur del país.

Skorpios III

Skorpios III

El glaciar de San Rafael cuenta con más de un kilómetro y medio de anchura y quince kilómetros de longitud, y se da la circunstancia de que además de por su considerable tamaño es famoso también por ser el glaciar más cercano al Ecuador y por las enormes agujas de hielo de 60 metros, que cuando se desprenden emiten unos “rugidos” atronadores a kilómetros a la redonda.

Otra posibilidad para llegar al extremo más meridional de la Patagonia Chilena es hacerlo a bordo del Terra Australis, atravesando una zona que contiene más glaciares que Alaska y más fiordos que Noruega, Dinamarca y Suecia juntos. El Terra Australis recorre los canales y bordea la Tierra del Fuego siguiendo la fantasmal estela del Beagle, el barco de Charles Darwin. El silencio absoluto que reina en estos laberínticos mares podrá haceros sentir como Magallanes en 1520, cuando se encontró con estas inexploradas aguas del “fin del mundo”.

Podéis encontrar más información en las páginas oficiales del Skorpios III y del Terra Australis


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