(post patrocinado) Hoy quiero recomendaros una opción de vacaciones que, para momentos en los que hemos pasado un año denso y con agobios, es una solución ideal.
Me refiero a los cruceros, la forma más tranquila, cómoda y segura de recorrer varios lugares sin pensar en mover las maletas.
Hoy en día los cruceros ya son un lujo a nuestro alcance, donde a las comodidades del barco, hay que unir la seguridad, la relación existente entre otros pasajeros, intercambio de experiencias y de culturas.
Y os preguntaréis... ¿Son accesibles para personas que tienen capacidades diferentes?.
Por supuesto, la mayoría de los barcos cuentan con accesos sin escaleras, puertas sin marco de acceso a cubierta y con rampas, ascensores y baños accesibles.
Así mismo, muchos cruceros cuentan con indicaciones para personas ciegas y sordas, por lo que poco a poco el mundo del mar, de los cruceros y del glamour se han ido popularizando y extendiendo a más número de viajeros.
Los regímenes de los cruceros varían, pero lo normal son las pensiones completas y, en ocasiones, “todo incluido”.
Vivir la aventura de un crucero es trasladarse a una novela de viajes, donde todo puede ser posible, el amor, el romanticismo de un atardecer.
Pero también los descubrimientos gastronómicos, vivir una tormenta en alta mar o sentirte por momentos como un explorador que va recorriendo el mar que te lleva a mundos diferentes, a civilizaciones distintas, a formas de vida y culturas que nos enriquecen.
Fue lo que me ocurrió cuando hicel el crucero Rondó Veneciano, visité Dubrovnik, y Atenas, entre otros lugares y prometí que volvería de nuevo a estos países, y, como ya sabéis, este año he visitado Grecia y Croacia, y todo fue gracias a esa primera toma de contacto que tuve navegando en un crucero.
Los cruceros podéis contratarlos a través de agencias de viajes, on line o directamente con las webs de las propias compañías.
Os recomiendo que, al menos una vez en vuestra vida probéis esta experiencia, estoy convencido que os encantará.