Mi amigo Juan-Luis González Carballo (Observatorio Cerro del Viento, MPC I84), experto variabilista y gran observador, desde Badajoz me animó a observar uno de estos sistemas.
El reto que nos propusimos era algo difícil, ya que se trataba de CSS_J173401.0+320716. Una estrella que brilla con la magnitud 13,6 y que en un período de casi dos horas tiene un descenso de solo 0,13 magnitudes. Además, el día de la observación fue especialmente caluroso con unos 38ºC de máxima que dejaron un cielo poco transparente. ¿Cuál es la temperatura máxima a la cual se puede practicar la astronomía de precisión? Esa es la típica pregunta del verano en los lugares donde sufrimos las penalidades de las altas temperaturas.
Y así lo hicimos. Hubo que esperar a que pasaran las doce de la noche (hora local) y la temperatura y estabilidad atmosférica permitiesen este tipo de observación. Estas son las medidas remitidas a la American Association of Variable Star Observers (AAVSO) representadas en una gráfica, donde las cruces azules son mis observaciones y los círculos verdes las de Juan-Luis. Aunque pueda parecer en un principio que nuestras medidas no cuadran en el primer máximo, las diferencias son como máximo de 0,05 magnitudes, así que el acuerdo es casi total.
En nuestras observaciones detectamos un rango mayor de variación (casi 0,2 magnitudes) y un periodo prácticamente idéntico al oficial de 0,08060 días (1,93 horas).
Como podemos comprobar, incluso en las noches más calurosas del verano, se puede realizar un trabajo interesante donde podemos aportar datos útiles para la comunidad científica.
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