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Cuadernos cátaros (I): Andorra

Por Esperanza Redondo Morales @esperedondo

Cuadernos cátaros (I): Andorra

Sant Joan de Caselles.

De viernes 19 a martes 23 de agosto de 2011. Este año decidimos hacer una ruta por el sur de Francia, en concreto por el país cátaro; pero en primer lugar pararemos algunos días en la vecina Andorra. Nuestro alojamiento allí será, durante cinco noches, el hotel Parador Canaro, que está situado en la Val d'Incles y que resulta ser todo un acierto.

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Interior del museo de la moto.

Llegamos al hotel después de comer, ya que el viaje lo hemos hecho en plan tranquilo y sin agobios. Después de quedarnos maravillados con lo que será nuestro alojamiento, soltar los trastos y descansar un poco, decidimos poner rumbo a Canillo para visitar la iglesia de Sant Joan de Caselles, una de las treinta y una iglesias románicas que hay en Andorra. A sus pies se encuentra el museo de la moto, que reúne ejemplares, todos con matrícula de Andorra, de motos que datan desde los primeros años del siglo XX hasta la actualidad. Están perfectamente clasificadas y ordenadas dentro del museo por décadas, con lo que es bastante fácil ir viendo la evolución de los vehículos. Por la tarde decidimos hacer la ruta senderista conocida como camino de Canillo a Meritxell, que empieza a las afueras de Canillo y es un camino muy agradable que pasa por varios oratorios, la cruz de Carlomagno y finalmente por el santuario de Meritxell, patrona de Andorra.

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Camino del Toll Bullidor.

Al día siguiente comenzamos con otra ruta senderista, el camino del Toll Bullidor, una ruta de menos de 2 kilómetros que comienza en el puente de las Molleres y que a lo largo de su recorrido tiene varios miradores hasta llegar al final del sendero, en el que podremos ver el precioso salto de agua que le da nombre a este camino.
Al lado de Canillo está Encamp, otra de las parroquias de Andorra. Aquí visitamos en primer lugar las iglesias de Santa Eulalia y San Miguel de la Mosquera, para después poner rumbo monte arriba, a Les Bons. Allí quedan aún varios edificios, entre ellos la iglesia de San Román y una torre de defensa, además de unas vistas preciosas del valle a nuestros pies.
Ya por la tarde, después de comer, nos dirigimos a Ordino donde, entre otras cosas, tenemos ocasión de ver la bonita iglesia de San Cornelio y San Cipriano, y después nos damos una vuelta por el centro de interpretación de la naturaleza de La Cortinada. A media tarde vamos a un sitio espectacular, el parque natural de Sorteny, donde podemos disfrutar de kilómetros y kilómetros de rutas senderistas, un paisaje precioso lleno de árboles y montañas, riachuelos y hasta un pequeño jardín botánico. Y con esta visita tan espectacular terminamos este día.

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Lago de Engolasters.

La siguiente mañana la comenzamos con una nueva ruta, que esta vez empieza en la iglesia de San Miguel de Engolasters, en la parroquia de Encamp, y sube hacia el lago de Engolasters después de una buena caminata. Aunque el paseo merece la pena, y allí nos encontramos tan a gusto que decidimos hacer una parada y comer a orillas del lago.
Por la tarde vamos a La Massana y subimos en el funicular hasta las pistas de esquí que, al ser verano, lógicamente no están en funcionamiento; así que aprovechamos para darnos un paseo por ellas, contemplar las vistas desde varios puntos estratégicos y por supuesto disfrutar del paisaje tanto durante ese paseo como durante el rato que el funicular tarda en hacer el recorrido en los dos sentidos, ya que subimos y bajamos en él.

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El funicular de La Massana.

Para finalizar este día vamos a Sispony, otro de los pueblos de La Massana; una vez allí nos acercamos primero hasta la parte más alta de la localidad, donde se encuentra la iglesia de San Juan, que es también románica pero en este caso su exterior curiosamente no es de piedra vista sino que está encalado de color blanco. Después de ver la iglesia tanto por fuera como por dentro, damos una vuelta por el pueblo.
Más tarde dejar Sispony y seguimos nuestro camino, esta vez hacia Anyós, y allí visitamos primero la iglesia de San Cristóbal y después nos dedicamos a callejear un poco por el pueblo para admirar sobre todo las increíbles vistas que hay.

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San Cristóbal de Anyós.

A estas alturas ya casi se ha hecho de noche, así que volvemos al hotel y nos preparamos para el día siguiente; ya va quedando menos para comenzar nuestra ruta por el País Cátaro...
Nuestro último día en Andorra lo comenzamos subiendo al puerto de Envalira, que es el camino que nos llevará a nuestro siguiente destino, la localidad de Pal. Allí nos dedicamos sobre todo a pasear por sus callejuelas y entre sus casitas de piedra y pizarra, tan típicas por la zona.

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Pal.

Por la tarde, ya a última hora, decidimos hacerle una visita a la iglesia de Santa Coloma, que en las oficinas de turismo suelen recomendar por la curiosidad de que es de las pocas (si no recuerdo mal son solo dos) que tiene la torre redonda en lugar de cuadrada, como la mayoría de las iglesias románicas de Andorra. Después de este recorrido, volvemos a última hora al hotel para prepararnos para el día siguiente, ya que tenemos pensado madrugar para ponernos en camino hacia el sur de Francia. Nos esperan los cátaros.

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