Revista Cultura y Ocio

"Cuadernos" de Georg C. Lichtenberg (Hermida Editores, 2015) en El Aforista

Publicado el 09 mayo 2015 por Hermidaeditores

Esquivar los golpes: los desconcertantes Cuadernos de Georg C. Lichtenberg

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Hermida Editores publica la primera edición en español de los Cuadernos (Sudelbücher) de Georg Christoph Lichtenberg, de donde se han extraído todas las ediciones antológicas existentes en español, y que suelen recibir el título genérico de Aforismos. De los aforismos de Lichtenberg, que tradicionalmente han conocido una excelente acogida en el mercado editorial español, existen tres ediciones distintas, publicadas por Edhasa, Cátedra y Fondo de Cultura Económica. Este volumen, el primero de la obra completa que ahora se publica en traducción de Carlos Fortea y prólogo de Jaime Fernández, recoge los tres primeros cuadernos según la edición canónica publicada en alemán, con lo cual nos encontramos ante una novedad de importancia dentro del género en español.
Los cuadernos de Lichtenberg no estaban destinados a la publicación, incluso no la conocieron hasta la muerte del autor. Ello les da un aire informal y desenfadado muy del gusto de nuestros tiempos, rápidos e intuitivos. Se trata de una miscelánea de reflexiones agudas, perspicaces, serenas y al mismo tiempo divertidas, cargadas de simpatía y vivacidad, acerca de variadísimas temáticas: el cuerpo, el amor, la sexualidad, los sueños, la soledad, el lenguaje, la religión, la muerte, el mundo de los libros, la ciencia, la filosofía o la situación política del momento. 

Como indica el prólogo, "Lichtenberg se revela como un profundo conocedor de la condición humana. Sin embargo, en sus observaciones no se aprecia ni un ápice de dogmatismo ni muestra alguna de superioridad intelectual o moral. Al contrario, una incansable curiosidad le incita a interesarse por todo cuanto le rodeaba y por las noticias que recibía del mundo, como los acontecimientos que desembocaron en la Revolución Francesa de 1789. Aunque se identificase con los valores humanistas de la Ilustración, fue uno de los primeros en atisbar en el pesimismo ilustrado una oculta apología del despotismo moderno".La suave ironía que impregna la mayoría de los apuntes de los cuadernos de Lichtenberg, sin la amargura ni el cinismo de otros moralistas, sintoniza muy bien con nuestra sociedad, harta de la sentenciosidad de las máximas clásicas. Es por ello que siempre preferiremos a Joubert o Chamfort frente a la severidad implacable de un La Rochefoucauld. El carácter inabacado, poco rotundo, de estas anotaciones (más propias de un diario íntimo que de un libro propiamente dicho) a veces puede desconcertar. No todas llevan a algún sitio, quedando en mero esbozo sin mayor trascendencia, en una anécdota de salón o en una observación efímera. Ahora bien, aquellas en las que el autor efectúa un esfuerzo de concisión, sin duda sorprenden por lo hondas y certeras. Algunos ejemplos:"Nunca desearía ser el hombre que pudiera reinar en Alemania de forma tan absoluta como yo en mi escritorio; sin duda sólo derramaría tinteros, y al limpiar no haría sino embrollar aún más las cosas"."Muchas cosas me duelen, las otras sólo las siento"."Nada puede ir del todo bien en el mundo porque los hombres aún tienen que ser gobernados con mentiras"."A veces nos asombra que los pueblos indios se envíen mensajes hechos con notas, cuando nuestras letras no son otra cosa que líneas de nudos que, como se desprende del sombreado, forman ciertos lazos"."Le resultaba imposible no molestar a las palabras en la posesión de sus significados"."¿Quién es? Soy yo. Oh, es lo bastante superfluo".Kant lo leyó atentamente. Goethe comparó sus escritos con una maravillosa varita mágica «que convertía sus bromas en problemas ocultos». Para Nietzsche, con excepción de las Conversaciones con Goethe, de Eckermann, su obra era lo único de la prosa alemana que merecía ser leído una y otra vez. La profunda huella de sus reflexiones es visible en Schopenhauer. Tolstói fue un lector devoto de su obra. Freud dijo que sus chistes sobresalen por su contenido intelectual y la seguridad con que dan en el blanco. André Breton lo consideraba uno de los grandes maestros del humor y «padre de la patafísica». Elias Canetti comentó que había escrito el libro más rico de la literatura universal porque nunca quiso redondear nada, lo cual «es su felicidad y la nuestra». En una época donde la norma es el sobresalto y nuestra capacidad de reacción se limita a breves gestos reflejos para esquivar los golpes, ¿quién no escribiría, si supiera, sus propios y lichtenberguianos cuadernos? Es más: muchos, lo hacen... pero aún no los conocemos.

G.C. Lichtenberg, Cuadernos. Volumen I. Hermida Editores, Madrid, 2015. 322 páginas.

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