Revista Cultura y Ocio

"Cuadernos" de Lichtenberg (Hermida Editores, 2015) en El País edición de Cataluña por Jordi Llovet

Publicado el 09 abril 2015 por Hermidaeditores

Aforismo y discurso

Lichtenberg, relleno de sentido común y humor, nunca alecciona ni da recetas

 Barcelona 8 ABR 2015 - 18:46 CEST
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Georg Christoph Lichtenberg.
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Tuve mucha suerte de encontrar en un librero de viejo de Alemania, un día de invierno de 1972, el libro de Kurt Besser -tradueixo- La problemática de la forma aforística en Lichtenberg, Friedrich Schlegel, Novalis y Nietzsche , estampado en 1935 : así puedo ahora discernir un poco la diferencia que hay entre los aforismos de Lichtenberg, del que hablaremos hoy, y otras formas breves de la literatura -hay habido siempre, empezando por los llamados "aforismos" de Hipócrates.El nombre aforismo es palabra griega, aphorismós , que no quiere decir otra cosa que "una frase concisa que enuncia una norma", por lo que la palabra "moderna" -que ya se encuentra en textos del XIII pero no se generaliza hasta el XV-XVI- designó enseguida esta escritura antidiscursiva, breve, más o menos sentenciosa, y con propósito de ilustrar al lector alrededor tanto de las cosas de cada día como de las más trascendentales. Hay aforismos muy sencillos, a base de una sola frase, que contienen una sabiduría prolija y perturbadora -son frecuentes entre los moralistas franceses del Grand Siècle, y no poco a Valéry-; hay, por el contrario, que son trozos de una reflexión inacabada, como los de Lichtenberg, como casi todos los de los miembros de la revista alemana Athenäum, de comienzos del siglo XIX, o como los de Nietzsche y Schopenhauer. Las reflexiones breves, a menudo cerradas en sí mismas y formando un "pensamiento completo" -así se definía la "frase" cuando yo era pequeño- son, por antonomasia, aforísticas.Pero las más largas y enrevesadas, casi discursivas, merecen otro nombre para no despistar a los lectores: este es el caso del primer volumen de una novísima edición de los escritos de Lichtenberg, servidos ahora mismo en lengua castellana: Georg Christoph Lichtenberg , Cuadernos, vol. Y, traducción de Carlos Fortea (Hermida Editores, 2015), que es la primera entrega de un conjunto -ojalá! - De cinco entregas. En catalán tenemos un buen recoge losCuadernos de notas editados oportunamente en 2012 por el sello Ella Geminada.La editorial Hermida, consecuente, ha llamado pues el presente recopilación de pensamientos del autor como Cuadernos , y lo ha bien acertada, a diferencia de otras ediciones de los mismos textos, más antiguas, que siempre los llamaban "aforismos". Quiero decir que estas ideas, pensadas, reflexiones, apuntes y borrones del autor alemán -que ante todo profesaba las matemáticas y las ciencias naturales- no se proponen más de aleccionar, ni de hacernos ir por el mundo con recetas eudemonistas , sino que son un acopio de reflexiones que el autor, ¡ay !, se lamentaba, o no, que fueran incapaces de formar un sistema. En realidad, al tiempo ilustrado que escribía Lichtenberg ya sólo quedaban dos posibilidades de sistema filosófico en el mundo de habla alemana: Kant (que admiraba nuestro autor de hoy) y Hegel -los ingleses ya hacía siglos que no se preocupaban de tal cosa, y quizá por eso Lichtenberg los apreciaba tanto.Es una lástima que Josep Pla no mencione ni por azar este autor, porque habría apoyado a todas sus citas, que son legión, de Montaigne y los Ensayos. Los de Lichtenberg también son tentativas, pero no son tan cultos como las del francés; poseen más bien, como ya he insinuado, la huella de los grandes autores ingleses del XVIII, como Fielding, Sterne o Swift: por eso ha podido decirse que Lichtenberg es el más inglés de los pensadores alemanes del XVIII.Pero sentido común y buen humor no faltan nunca en estos Cuadernos. Por ejemplo: "Los escritores antiguos han sido revisitados lo largo de muchos siglos. A cuántos de nuestros grandes autores del siglo XIX los despachará ya como el desecho! "(Núm. 94).Nada más provechoso para un lector al que le gusten las insinuaciones abiertas, las galaxias de pensadas inconexas, este tipo de antidiscurs tan propio de la filosofía de nuestro tiempo (Valéry, Wittgenstein, Canetti ...), que la lectura de esta primera entrega cuidadísima los Cuadernos de Lichtenberg . En el otro extremo, sólo para especialistas, la Crítica de la razón pura.

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