Cuerpo y mente se afectan mutuamente.
Si nosotros tenemos un pensamiento de alguna situación de rabia que hayamos experimentado se generará en nosotros un efecto bioquímico que aumentará la adrenalina y por ende sentiremos la rabia tal cual la estamos pensando. Si por el contrario, es un pensamiento de serenidad inmediatamente sentiremos un efecto relax que nos permitirá incluso respirar en forma adecuada y saludable.
Cuando recreamos en nuestra mente situaciones de tristeza se va a producir en nosotros una baja de energía y poca motivación para hacer cosas. Y si en algún momento estamos pensando en algo que nos ocasiona temor o pensamos que algo nos va a salir mal nuestro cuerpo incluso puede llegar a paralizarse.
Es importante hacerse consciente de lo que estamos pensando e inmediatamente observar como afecta a nuestro cuerpo.
Te sugiero prestar mayor atención a tus pensamientos ¿cuál es el pensamiento que tienes al levantarte? Porque así ya estarás programando tu cuerpo y estado de ánimo para el resto del día.
Leido en Heiddy Sulbaran
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