Es posible que en alguna ocasión te hayas cuestionado si lo que estás sintiendo es sólo ansiedad o si además te encuentras deprimido.
Puede que ambas situaciones se estén dando a la vez aunque no son lo mismo. Por ello, te ayudamos a diferenciar entre depresión y ansiedad, tarea que no siempre es fácil debido a la similitud de algunos de sus causas y síntomas.
¿Qué es entonces la ansiedad y qué es la depresión?
Uno de los factores que comparten en común ansiedad y depresión, es que ambas son formas de reaccionar ante factores externos o internos.
La ansiedad pues, sería la reacción o respuesta automática de nuestro organismo ante un estímulo o varios, consciente o inconsciente, que dispara el mecanismo de adaptación de nuestro organismo y lo prepara para la acción (lucha o huida).
Es decir, interpretamos estos factores o eventos como una amenaza para nuestro organismo, produciéndose por tanto una reacción fisiológica que se manifiestan en una serie de síntomas: aumento de la frecuencia cardiaca, dilatación de las pupilas, tensión muscular, mareos e hiperventilación, etc. Todos ellos forman los denominados síntomas físicos de la ansiedad.
A veces sucede que no somos capaces de controlar estos síntomas y su complicación podría provocar lo que denominamos “ataque de ansiedad”.
Si esta amenaza externa la percibimos como una pérdida o sentimos que hemos fallado de alguna forma, podría activarse el sistema de conservación de energía, dando lugar a una depresión.
La depresión es un un trastorno asociado a una profunda tristeza que impide a quien la sufre continuar con las actividades normales de su vida cotidiana.
La ansiedad entonces es un síntoma de la depresión misma, aunque para poder aclararnos vamos a ver cuáles son pues las principales diferencias entre ambas.
Principales diferencias entre ansiedad y depresión
Causas de la depresión
Las causas que pueden provocar depresión aparecen de forma endógena, es decir, no hay una causa clara que explique el motivo por el cual nos sentimos deprimidos.
Muchas veces se debe a valoraciones negativas que hacemos de nosotros mismos, sobre el futuro o sobre el mundo que nos rodea.
Posiblemente existe un desencadenante, pero normalmente la depresión se produce por una serie de factores psicológicos, genéticos y bioquímicos. En ocasiones, si la causa atiende a un evento justificable, nuestro estado de ánimo volverá a la normalidad con el paso del tiempo, quedándose solamente en un episodio puntual de tristeza. Por esa razón es necesario tener claras las diferencias entre tristeza y depresión.
Causas de la ansiedad
Las causas del trastorno de ansiedad sin embargo, están asociadas a diferentes motivos y puede que no sepamos identificar estas causas de una forma concreta.
Sin embargo parece claro que están asociadas a diferentes factores genéticos (hereditarios y familiares), neurobiológicos (áreas del cerebro y sustancias orgánicas), psicológicos, sociales y culturales.
En la ansiedad cobra más importancia la predisposición individual (personalidad) y los derivados del entorno.
Por lo general, percibimos amenazas en situaciones que en realidad no son peligrosas pero que desencadenan síntomas principales como los descritos anteriormente, tales como respiración agitada, dolor abdominal, frecuencia cardiaca irregular, sudoración, temblores, etc.
Mientras que los síntomas principales de la depresión se manifiestan en tristeza, apatía, insomnio, cansancio exagerado, disminución de la libido, fatiga, etc.
Capacidad para disfrutar
Otra de las diferencias principales entre la depresión y la ansiedad se refiere al síntoma conocido como anhedonia, o lo que es lo mismo, la incapacidad de disfrutar de las cosas agradables de la vida y de experimentar placer, tanto en el aspecto físico, como psicológico o social.
Es uno de los indicadores más evidentes de la depresión; así las personas que sufren depresión suelen perder la capacidad de disfrutar y va ligado igualmente a la estimulación física.
Las personas con ansiedad, sin embargo, no presentan este síntoma, aunque su capacidad de disfrute pueda verse un tanto reducida debido al desgaste que pueden sufrir en su día a día por falta de sueño o porque les cueste dejar de pensar en lo que les preocupa.
Su estado físico no va a ser el óptimo, si bien en el caso de la ansiedad, la dificultad para disfrutar tiene que ver más con el estado de alerta constante y la interacción con el entorno.
Motivación
Otro de los síntomas que diferencian la depresión y la ansiedad es el conocido como abulia.
Es un síntoma igualmente determinante en la depresión que se caracteriza por la falta de motivación y energía o lo que podríamos considerar como una forma extrema de apatía.
La persona con depresión no tiene ganas o energía para hacer nada, e incluso levantarse de la cama supone todo un esfuerzo. Tampoco son capaces de lograr sus objetivos por muy sencillos que parezcan y existe una pérdida o falta de voluntad para tomar decisiones.
La persona con abulia tiene severas dificultades para iniciar y terminar la mayoría de actividades, que probablemente pospondrá. Igualmente presenta problemas en las relaciones sociales al no tener motivación alguna para relacionarse.
Las personas con ansiedad, por el contrario, no cumplen con la anterior característica. Aunque como hemos visto anteriormente debido a su estado de agotamiento mental sean propensas a cansarse enseguida, no obstante, van a intentar buscar un entretenimiento para mantenerse ocupadas y no tener que pensar en lo que les preocupa.
Aunque al hacer esto pueden caer en la evitación, con lo cual siguen contribuyendo a perpetuar su problema o preocupación en el tiempo.
Su grado de motivación por tanto, no desaparece, ya que todo lo que conlleve mantener la mente ocupada para no preocuparse, lo recibirán con los brazos abiertos.
Focalización y predisposición
Cuando hablamos de depresión, el futuro no es algo importante para la persona que la sufre, sino que generalmente lo que más le preocupa es su situación en el presente y en la imposibilidad de focalizarse en su día a día.
De igual forma, es muy pronunciada la falta de predisposición hacia el cumplimiento de metas en los estados depresivos, donde ni siquiera el depresivo puede plantearse si hay algo que deba hacer, perdiendo todo el interés en las obligaciones diarias.
El futuro sin embargo, es una pieza clave en la ansiedad, ya que las preocupaciones de hoy pueden seguir siendo un problema mañana. Se suelen postergar aquellas tareas que nos impidan afrontar de nuevo algo que previamente nos preocupa o que nos asusta, aunque seguramente, una vez comenzado, todo fluya con normalidad.
Saber diferenciar los síntomas entre la depresión y la ansiedad es primordial a la hora de poder elegir el mejor tratamiento psicológico adecuado para cada trastorno, ya que, aunque a priori puedan presentar similitudes, el tratamiento es diferente en cada uno de los dos casos.
No dudes en pedir ayuda profesional si en algún momento crees que refieres o te identificas con alguno de los síntomas descritos anteriormente. Tu salud mental siempre importa.
Fuente: psicocode
http://elmundotlp.blogspot.com/es