Una de las posturas más recomendadas para la embarazada durante la noche es la de
descansar sobre el costado izquierdo.
Si se duerme sobre el
lado izquierdo, se evitará que el útero se apoye en el hígado. Además, los grandes vasos, que están al lado derecho de la columna se comprimirán menos, evitando los edemas.
También favorece la llegada de sangre a la placenta, aportando
mayores cantidades de oxígeno y nutrientes para el bebé y ayuda a
reducir la hinchazón en los pies de la madre. También parece ser una buena postura para evitar la acidez.
Cuando la embarazada se recuesta sobre el lado derecho o sobre la
espalda, el feto comprime su vena cava inferior, que se encarga de
llevar sangre al corazón, disminuyendo el flujo de sangre y oxígeno a
los órganos de la madre, así como al bebé.