Como es de suponer cunado vino a España se trajo gran parte de su gente de confianza de Napoles. Y entre estos se encontraba un avispado cortesano llamado Cioglio. Este, al observar la cantidad de procesiones y desfiles que se organizaban en su nuevo país se le ocurrió la brillante idea de comprar sillas y bancos y alquilárselas al público que asistía a los eventos. Pidio licencia al rey que obviamente le fue concedida, no olvidemos que formaba parte de su grupo de confianza, y así amasó una enorme fortuna con relativa rapidez. El resto de la trayectoria etimológica es fácil de adivinar, el nombre de Ciglio se asoció rápidamente con cosa que se consigue fácilmente y sin ningún esfuerzo y por similitud fonética a como se pronunciaba en italiano rápidamente degenero en el mencionado chollo. Así pues que con este origen de chollo y los ya sabidos de ganga y de bicoca, tenemos tema de que hablar la próxima vez que vayamos de rebajas.
