Con fecha 21 de octubre de 2009 publiqué un post que hacía referencia al libro Las reglas del management, de Richard Templar (también es autor de Las reglas del dinero, Las reglas del trabajo, Las reglas de la vida y Las reglas del amor).
Respecto a Las reglas del management, son 100 consejos para la gestión de empresas y personas. Lo he estado releyendo y dejo algunas de las claves que comenté entonces:
1. «Conseguir buenos jugadores es fácil. Conseguir que jueguen juntos es la parte más difícil» (Casey Stengel). La mera acumulación de gente no forma un equipo, sólo un grupo. En un verdadero equipo debe existir claridad de objetivos (si no los conflictos están servidos); complementariedad (dos personas iguales es como tener una) y unión (quizás lo más importante y lo más difícil) (Ver post La carpintería y el trabajo en equipo).
2. «Cometer errores simplemente significa que estás aprendiendo más rápido» (Weston H. Agor). Una frase muy aguda. El crecimiento, la evolución, las mejoras están asociadas indisolublemente al riesgo; y riesgo y error son dos caras de una misma moneda. La clave: inspirar confianza y no dirigir por miedo, porque entonces la gente se limita a moverse por su zona de comodidad para evitar equivocarse (Ver post Fallas el 100% de los tiros que no haces).
3. «Es impresionante lo mucho que puedes conseguir si no te importa quién es el que tiene el mérito» (Harry Truman). Fantástica reflexión también. Los egos, los personalismos, los individualismos arruinan a los equipos. Generosidad y humildad son dos palabras clave que deberían estar siempre presentes en cualquier equipo. Cuando uno mira más por sí mismo que por el conjunto, antes o después, las cosas empezarán a torcerse.
4. «Es más agradable ser engañado algunas veces que no confiar» (Samuel Johson). La confianza es la base de cualquier relación: de pareja, de amistad, profesional... Es cierto, como dice el refrán, que donde hay confianza da asco. A veces uno confía y le engañan. Es inevitable, pero sin confianza es difícil construir algo sólido. Warren Bennis lo expresa magistralmente: «La confianza es el lubricante que hace posible el funcionamiento de las organizaciones» (Ver post De la confianza innata a la desconfianza aprendida).
5. «Simplemente me gustaría animarte a que, independientemente de lo que hayas aprendido en el colegio, estés siempre preparado para desaprender y reaprender. No renuncies a soñar. Si todos soñamos en un mundo mejor, te garantizo que llegaremos allí» (Muhammad Yunus). Todo el mundo hablar de la importancia de la formación y de aprender pero pocos mencionan la palabra desaprender, y, sin embargo, es clave. Funcionamos según paradigmas que tenemos instalados, muchos de los cuales –por determinadas cuestiones– son erróneos. Aprender a desaprender es una gran virtud.
6. «Cada trabajo es un autorretrato de la persona que lo hace. Firma tu trabajo con excelencia». Plenamente de acuerdo. Somos el resultado de nuestros resultados. Hoy somos lo que decidimos ser ayer. Nada sucede por casualidad aunque muchos sólo se fijen en la parte visible del éxito y no sepan darle una explicación. Lo que uno siembra, recoge.
7. «Soy un gran creyente en la suerte, y me he dado cuenta que cuánto más duro trabajo, más suerte tengo» (Thomas Jefferson). Jacinto Benavente lo decía de esta manera: «Algunos piensan que tener talento es cuestión de suerte cuando tal vez la suerte sea cuestión de talento». Todos sabemos que la suerte se presenta cuando la preparación encuentra una oportunidad. Sin esfuerzo, sacrificio y esfuerzo, la suerte no hace acto de presencia. La suerte acelera o retrasa nuestros éxitos pero no los determina (ver post ¿Y la suerte? o No dejes la suerte en manos del azar).
8. «La gente pierde la mayoría de las oportunidades porque vienen vestidas con un mono de trabajo y parecen trabajo» (Thomas Edison). Desde mi punto de vista, el éxito consiste en ser el mejor siendo uno mismo. Así de claro. La clave: conocerse muy bien. Lo que hay que hacer es dejar que el talento natural que todos tenemos para hacer ciertas cosas se manifieste y fluya con espontaneidad.
9. «Algunas veces simplemente tienes que seguir tu intuición» (Bill Gates). La intuición ese pálpito interior procedente del inconsciente que une y cose mucha información sin que le prestemos atención. La intuición no es innata sino experiencia intensa acumulada. La dificultad para racionalizar esos pálpitos hace que muchas veces despreciemos a la intuición. Merece la pena ser más consciente de dónde procede y ponerla en valor (Ver post Blink y el poder de la intuición).
10. «No existe una fórmula para conseguir el éxito, pero existe una fórmula para fracasar y esa es intentar agradar a todo el mundo» (Man Ray). La gente débil e insegura intenta agradar a todo el mundo todo el tiempo porque los conflictos le dan pánico. Desde mi punto de vista este tipo de personalidades son las menos recomendables en puestos directivos. Para ocupar un puesto de gestión se requiere tener una personalidad fuerte, que no quiere decir ser cabezota, pero hay que tener ideas claras y defenderlas siendo flexible para cambiarlas si es necesario. Quien queda a merced del tiempo es continuamente hijo de las circunstancias.
11. «El primer 90% de un proyecto te cuesta el 90% por ciento del tiempo. El último 10% cuesta el otro 90%». Para los que trabajan en consultoría lo saben de sobra. Cerrar un proyecto es una tarea ardua. Siempre hay detalles y asperezas que limar. En casos como éstos es muy importante ser flexible y no perder la actitud positiva.
12. «El éxito no es la llave de la felicidad. La felicidad es la llave del éxito. Si te gusta lo que estás haciendo, triunfarás» (Albert Schweitzer). A Ghandi le hemos citado aquí en bastante ocasiones: «Tu trabajo es descubrir tu trabajo y luego entregarte a él con todo tu corazón». Estamos acostumbrados a los planes estratégicos de las empresas y olvidamos lo más importante, el plan estratégico personal: dónde estoy, dónde quiero llegar a estar, mis fortalezas y debilidades, recursos con los que cuento, timing... (ea fundamental releer El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl).