Varias veces hemos hablado de libros y textos literarios que nos cuentan viajes extraordinarios, las aventuras de viajeros implacables o las vidas de las gentes de un lugar. Son textos que nos llaman y nos dicen: "¡Eh, mira lo que te muestro. ¿Acaso no te gustaría ir a ese lugar?". También nos ocurre con el cine, la música, la fotografía ...
Pero, ¿y la pintura? Poco hemos hablado de la pintura, una de las artes más primitivas (seguramente con la música, o más concretamente, con la percusión) y que a menudo nos lleva a otros lugares, quizá imaginados, reales o no, oscuros o luminosos, que nos muestran el lado más íntimo del artista y que, de una o otra forma, nunca nos dejan indiferentes. Hoy os traigo unas cuantas de estas obras, no porque sean obras de arte universales cuya localización te "obliga" a viajar a un lugar concreto del globo si quieres disfrutar de ella en directo, "piel con piel". Hablo de esos otros cuadros, algunos de artistas conocidos, otros no tanto, que te meten el gusanillo viajero, de esos cuadros que te invitan a viajar de verdad...
Esta es solo una pequeña muestra de esos cuadros que me inspiran.
¿Cuáles elegiríais vosotros? Contadnos...
Uno de los que más me ha intrigado desde pequeña es 'A Winter Scene with Skaters near a Castle', de Hendrick Avercamp. Se trata de un cuadro lleno de movimiento, de vida, hay decenas de personajes, cada uno con su cometido. Uno podría estar minutos y minutos mirando la escena, imaginando las diferentes historias de sus personajes. Y lo más intrigante... lo vemos todo a través de un "agujerito", como si espiáramos.
En contraste con el movimiento del cuadro de Avercamp, 'Une baignade à Asnières' de Georges P. Seurat nos muestra una escena cálida y tranquila, un día primaveral en el que casi sientes el sol en la piel. El lugar, Asnieres; una zona a las afueras de París, donde los parisinos montaban en barca o se bañaban en las aguas del Sena. Acercaos, acercaos más al cuadro, y veréis los puntitos que conforman el todo.
Siguiendo con la tranquilidad y apacibilidad de los paisajes, los de Arlés a través de los ojos de Van Gogh son un referente. También los que representan calles y situaciones de la ciudad nos invitan a viajar, pero os dejo aquí uno de los que más me gustan de la campiña que solía pintar el maestro postimpresionista: 'Die Langlois-Brücke bei Arles'.
Pero volvamos al movimiento, y a la aventura en este caso, porque lo que nos acerca Paul Klee es la auténtica historia de Simbad el Marino en su obra 'Battle scene from the comic fantastic opera 'The Seafarer". ¿Notáis la lucha? ¿Sentís la aventura?
¿No os gustaría ayudar a Simbad?
Canaletto, con sus cuadros sobre Venecia, no pueden faltar en esta lista de cuadros que invitan a viajar. Os dejo uno de los más impresionantes, 'El Gran Canal y la Iglesia de la Salud', que llama la atención por su minuciosidad, su luz, su movimiento y su vida.
Sin embargo, hubo otro Canaletto, apodado el joven, sobrino del anterior y heredero también de su maestría. Gracias a sus obras, los ciudadanos de Varsovia pudieron reconstruir su hermosa ciudad tras la devastación del ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial. Aquí tenéis, como muestra, la 'Vista desde la calle Nowy Świat'. Si conocéis la ciudad polaca, reconoceréis enseguida esta calle.
Me dejo muchos en el tintero (o mejor dicho, en la paleta): Hopper, Miró, Pisarro, Manet, Chagall, D'Arcangelo,...
Si os ha gustado el recorrido, quizá haya una segunda parte, que recoja también vuestras sugerencias.
Animaos, contadnos cuáles son los cuadros que os invitan a viajar...
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