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Cualquier tiempo pasado fue mejor

Publicado el 15 mayo 2014 por Trescuatrotres @tres4tres

Pocos sevillistas olvidarán la noche de ayer. Dos equipos se disputaban el primer plato del menú europeo, la UEFA Europa League. El mítico Benfica de Lisboa, curiosamente sede de la final de Champions, se enfrentaba al Sevilla Fútbol Club en un duelo sin favoritos. Pero visto el recorrido previo del club andaluz en busca de la tercera copa, difícilmente se le podía escapar el título. Sobre todo porque la fortuna, que evidentemente se ha de buscar, se volvió a hacer presente hasta en la final, decidida por penaltys.

Eso sí, el maldito (véase Bela Guttmann) Benfica de Jorge Jesus dejó claro que no era el Middlesbrough, un conjunto que habita ahora en las medianías de la segunda división inglesa. Sin embargo, el Boro no constituye un caso aislado en la historia de la UEFA. A lo largo de la existencia del segundo torneo continental han disputado finales varios equipos de presente incierto. Clubes condenados al ostracismo que vivieron por un día esa tensión que Benfica y Sevilla palparon en el Juventus Stadium ayer noche. Nuestra misión es recordarlos.

El Tottenham ganó la primera UEFA a los Wolves.

El Tottenham ganó la primera UEFA a los Wolves.

Si dejamos a un lado la Copa de Ferias, tratándose de un torneo no organizado por la UEFA, y más oficioso que oficial, debemos trasladarnos a 1971 para acudir al origen del trofeo. Y ya en la primera final nos sorprende un subcampeón curioso: el Wolverhampton Wanderers, que la perdió (hasta 1997 a doble partido) ante el compatriota Tottenham. Los Wolves se encuentran ahora en un estado crítico tanto económica como deportivamente, en League One, la tercera inglesa.

Además, los 70 fueron un terreno fértil para un equipo que pasó por el infierno a principios de siglo y que ya olvidó las noches europeas, el Borussia de Moenchengladbach, que en aquella época llegó a cuatro finales de las cuales ganó dos. Cambiando de década, los 80 empezaron con el triunfo de otro modesto equipo inglés, el Ipswich Town, un club que se jacta de no haber perdido ni un solo partido de competición europea en casa pero que compite en segunda división. El Real Madrid ganó dos UEFA en los 80 con una superioridad pasmosa aunque ante dos rivales que tampoco son habituales en estas lides: Videoton húngaro y Colonia alemán.

Sorprende que en la misma década también ganara dos trofeos el Goteborg. Y es que el fútbol sueco a nivel de clubes está escasamente reconocido debido sobre todo al éxodo de las jóvenes promesas locales y al desajuste con el calendario de las grandes Ligas. Una de las copas se la ganó al Dundee United escocés. Si hablábamos de escaso reconocimiento en el fútbol sueco, figúrense si lo hacemos del escocés fuera del paradigma Glasgow.

Otro fútbol poco admirado es el austriaco, y sin embargo el Casino Salzburgo puso la nota de color en la final de 1994 que ganó el Inter de Milán. Que el Parma ganara dos torneos en los 90 puede sorprender o no viendo al equipo malvivir en la mediocridad de la serie A italiana, aunque muchos gozásemos con el fútbol de Buffon, Thuram, Cannavaro, Verón o Crespo.

Revista que felicita al Goteborg campeón.

Revista que felicita al Goteborg campeón.

Sin embargo fue en 2001 cuando la Europa futbolera se quedó prendada de un club tan modesto al que el apelativo de David se le quedaba pequeño. Tras clasificarse por su ya sorprendente sexto lugar en la Liga, el Deportivo Alavés llegó a la final de la UEFA frente al legendario Liverpool. Todos recordaremos el habernos sentido vitorianos durante más de dos horas, vibrando con los goles del delantero del momento, Javi Moreno, o caer desolados en el momento en el que Geli introdujo el balón en su portería. Seguramente los alavesistas tengan que esperar bastante para volver a ver un partido europeo en Mendizorroza y quizás nunca vuelvan a repetir la hazaña de 2001, pero nunca olvidarán lo que pasó aquella noche en Dortmund.

Más cerca quedan los dos últimos casos. En 2008 es finalista el histórico Glasgow Rangers, que cae derrotado por el Zenit del mago Arshavin. Cuatro años más tarde el club viviría una quiebra financiera que lo obligaría a refundarse y competir en la cuarta división escocesa. Aún siguen escalando peldaños para volver a la élite. El año que viene jugarán en la segunda división. El otro finalista venido a menos de los últimos años es también otro histórico, el Fulham, el decano de Londres, que ha descendido esta temporada y tendrá que jugar el año que viene el Championship. Tuvo que esperar 130 años para disputar una final europea y el Atlético de Madrid arruinó el sueño.

La mítica final entre Alavés y Liverpool.

La mítica final entre Alavés y Liverpool.

En definitiva, y como estamos más que acostumbrados a observar, el fútbol es un deporte de idas y venidas, de gloria e infierno, de memoria y de olvido. Mientras anoche rodaba el balón en Turín, y el ritmo se aceleraba en los corazones benfiquistas y sevillistas, había otros que recordaban. Aficionados de equipos casi desaparecidos, clubes arruinados y “bandas” que luchan contra el descenso, que rememoraron en la piel de sevillanos y portugueses las mieles del éxito, y por supuesto, el amargor del fracaso. Vaya desde aquí nuestra enhorabuena a un equipo ganador sobre todas las cosas, el Sevilla F.C., y nuestro homenaje a esos clubes en los que se cumple la máxima de “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Porque en una noche como la de ayer, todos fuimos vitorianos.


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