En los tiempos que corren cuestionarse sobre si los comercializadores están preparados para manejar la gran cantidad de análisis de datos que provee el big data es una inquietud relevante y razonable. La tecnología en este ámbito evoluciona a una velocidad que es difícil de igualar por parte de quienes desean hacer uso de la misma para mejorar sus negocios.
En la actualidad vemos a los comercializadores cada vez más abrumados al abordar las herramientas y plataformas disponibles para realizar las distintas mediciones de datos y estadísticas. Pero también están abrumados ante la enorme cantidad de métricas que tienen entre manos para analizar y llegar a conclusiones.
En este caso la respuesta a esta pregunta podría ser positiva o negativa en función de la capacidad de gestión de datos que tengan las empresas.
El big data no es útil en sí mismo
En lugar de preguntarnos si los comercializadores están listos para el big data, deberíamos hacernos la pregunta de si tienen las herramientas adecuadas a mano para poder trabajar con las tablas de datos que están disponibles para ellos. El big data por sí mismo no es útil, se trata de meras conglomeraciones de datos que necesitan ser procesados para que arrojen resultados que sí serán útiles para desarrollar estrategias de expansión o mejora de las empresas.
Lo que las empresas necesitan entonces es la información procesada, lo que esconden esos datos y que debe ser obtenido con el análisis y siguiendo los procedimientos adecuados, de lo contrario se podría llegar a conclusiones equivocadas que pueden llevar a medidas erróneas que les podrían llevar incluso a perder las cuotas de mercado que esperaban obtener, debido a una interpretación inadecuada de la información.
Los usuarios deben tratarse como posibles clientes
Los datos obtenidos gracias al big data no sólo ayudan a predecir cuáles serán las tendencias futuras, sino que sirven para determinar la efectividad de una campaña en tiempo real. Pero no se debe olvidar que toda esa información proviene de los usuarios de Internet y de sus interacciones con las empresas, por lo que los datos no deben tratarse como meros indicadores que una vez introducidos son descartables, sino que se deben ver como información valiosa de posibles clientes.
En este sentido las empresas deben asegurarse de hacer de la experiencia digital una en la que el usuario se sienta bienvenido. Se debe considerar a cada persona como un cliente importante y se debe hacer sentir a los usuarios cómodos utilizando nuestras plataformas, de forma tal que la recopilación de datos sea intuitiva y no sea vista de forma invasiva por parte de los mismos. De este modo es más fácil que los usuarios vuelvan a utilizar nuestros servicios y que la recopilación de datos sea más útil a la hora de realizar los análisis pertinentes.
La clave está en la gestión correcta del big data
El trabajo para adaptarse a la evolución tecnológica debe ser progresivo y orientado a que la experiencia del usuario sea óptima y que en ningún momento se sienta incómodo. Para ello los comercializadores se deben asegurar de desarrollar herramientas que aporten contenido relevante para el usuario en cada paso dentro de su interacción con las empresas, empezando por la posibilidad de permanecer en el anonimato y preservar su privacidad, algo muy valorado en el entorno digital.
Los comercializadores no deben estar listos para el big data, sino para trabajar en la gestión correcta de los mismos, para, por medio de la aplicación de medidas basadas en los datos que arroja el análisis de dichos datos, crear experiencias digitales óptimas para todos los usuarios.