Revista Psicología

Cuándo ahorrar se convierte en patológico

Por Mundotlp @MundoTLP
No hay nada de negativo en ser previsor, en ahorrar el dinero que podamos durante nuestros años productivos. Muchos deseamos comprarnos una casa, un coche o tener hijos, y para ello es necesario planificarnos económicamente. De hecho, ser ahorrador es una virtud, pero… ¿Sabemos diferenciar el ahorro de la tacañería?
Cuándo ahorrar se convierte en patológico

¿Sabemos diferenciar el ahorro de la tacañería?

La persona tacaña suele serlo en muchos ámbitos de su vida, no solo en el económico. A la hora de dar cariño, o mostrar sus emociones, se retrae y suele guardarlas para sí mismo o para la persona que considere digna de compartirlo. En el ámbito económico, llaman rápidamente la atención por sus esfuerzos, excesivos, para no gastar demasiado dinero. Ya que el hacerlo, les supone un gran sufrimiento.Son personas que no necesariamente sufren de una mala situación económica. Ahorran por si alguna vez llegan malos tiempos, o para disfrutar de un viaje, o de una compra en concreto, que jamás llega.

¿Cuál es el comportamiento de un ahorrador patológico?

La mayoría de estas personas realizan un seguimiento exhaustivo de los gastos diarios del hogar, sometiendo a los familiares a una dictadura desagradable, en la que se hace complicada la convivencia. En muchos casos, incluso los encargados de hacer la compra diaria de alimentos, se ven obligados a mostrar los tickets de compra, la desconfianza suele ir unida a ese deseo obsesivo de economizar.Son capaces de recorrer decenas de supermercados en busca de las mejores ofertas, obligar a que los miembros de la familia únicamente usen el teléfono en horarios donde la tarifa es más económica, o mantener todas las luces apagadas, hasta que no haya una absoluta oscuridad en la casa. También cronometrarán el tiempo que duran las duchas, impondrá el número de veces que ha de tirarse de la cadena del retrete, o las horas idóneas para poner en marcha los electrodomésticos.De cara al exterior, el ahorrador patológico puede o no tener una cara muy distinta a la que muestra en casa. Bien puede mostrarse tan agarrado como siempre con los amigos, o crearse un personaje afable y generoso que sus familiares desconocen. En el primer caso, salen poco de casa. Cenan o comen fuera principalmente si son invitados, o en caso contrario, escrutan minuciosamente la cuenta del restaurante para asegurarse de no pagar ni un céntimo de más. Si fuman, jamás ofrecen tabaco, no dejan el paquete a la vista de nadie, e incluso parece que se sacan el cigarro encendido del bolsillo. Para los amigos, puede resultar un tanto cómica esta actitud, e incluso suelen ser blanco de bromas.Cuándo ahorrar se convierte en patológico
Cuando enseñan la otra cara, suelen aparecer como personas abiertas, simpáticas, e incluso generosas. En algunos casos no desean mostrarse tal y como son, por lo tanto se inventan una realidad de cara al mundo exterior. Pero no deja de ser un papel, un comportamiento fingido, y su verdadero yo, les traicionará tarde o temprano.No es de extrañar, que con los años, se radicalice su postura y que incluso su apariencia física se vaya deteriorando. Suelen ir vestidos con ropas muy viejas, o bien de una calidad pésima, pues no lo consideran importante e invierten lo menos posible en ello. Acudir a la peluquería es un lujo que se permiten en contadas ocasiones, y de hacerlo, acuden a locales tan baratos como les sea posible.

¿Por qué una persona es tacaña?

Se consideran diferentes posibilidades. Algunos especialistas creen, que el germen de la tacañería, empieza a hacerse fuerte durante la infancia, si el niño siente una gran falta de amor por parte de los progenitores. Por esta razón, comienzan a sentir más apego por las cosas materiales, vuelcan su amor en los juguetes o en todo aquello que puedan conseguir con dinero. Acumular objetos era su manera de sentirse seguros, de ahí su amor por ahorrar. Por otro lado, también es cierto que puede ser un hábito adquirido. Algo que han visto desde pequeños en sus casas, y que se han acostumbrado a hacer como algo normal. Un comportamiento mecánico que se realiza como el respirar, y no se discute. Tampoco hay que descartar, que la tacañería pueda ser un síntoma de algún tipo de trastorno de la personalidad no diagnosticado.

¿Se puede dejar de ser tacaño?

La persona tacaña no es consciente de que lo es. Se ve a sí mismo como un gran gestor económico, que es necesario en el hogar. Las personas que le rodean pueden sentir temor de comentarle cómo se siente ante su actitud, o bien porque dependan de ellos, o porque puedan provocar una mayor radicalización de la situación.Si la persona consigue darse cuenta de su problema es, principalmente, porque ve su vida social e íntima afectada. Pero no suele tener muy claro qué hacer para cambiar. Lo aconsejable es acudir al psicólogo, para que evalúe su problema y le marque las pautas a seguir. Les ayudará a distinguir el ahorro positivo de la mezquindad con el dinero, a prestar más atención a los sentimientos que a lo material. No es fácil el cambio, pero no imposible. Con voluntad y compromiso, se pueden hacer grandes progresos.
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