Revista Cultura y Ocio

Cuando citar se convierte en lujo

Publicado el 19 febrero 2012 por Njimenez79
Cuando citar se convierte en lujo
Citar es una costumbre de alto riesgo. Primero, tienes que encontrar una buena cita. Segundo, has de atribuirla correctamente. Y si lo primero, según el tema, es una búsqueda cansina para no darte con las frasecitas tópicas de siempre, lo segundo se convierte en una tortura cuando lo que encuentras con las típicas palabras apócrifas que circulan por la Red y que unas veces las ha pronunciado Shakespeare y otras Machado, según el color del cristal de las gafas de quien las copió.
Sin embargo, hay personajes con los que nunca se falla. Hombres y mujeres con boquita de piñón que convierten en objeto de deseo "citatorio" cada una de las frases que pronuncian. Y ese es el caso de Nelson Mandela.
Jordi Nadal, editor de Plataforma Editorial, lo sabe, y por eso ha tenido el olfato de hacerse con su único libro de citas autorizado, que ha titulado Nelson Mandela por sí mismo y que con una edición exquisita nos ofrece quinientas páginas de Mandela en estado puro: más de 2.000 citas extraídas de sesenta años de documentos privados, correspondencia, grabaciones sonoras, discursos o, cómo no, los libros publicados por Mandela.
Nada se le escapa al líder sudafricano (¿o sería mejor decir "líder mundial"?), a quien no solo se puede citar en su archiconocida faceta de pacifista, sino también en temas como el servicio público ("Tanto si cambias las sábanas como si suturas heridas, preparas la comida o dispensas medicamentos, está en tus manos ayudar a construir un servicio público digno de todos aquellos que dan sus vidas por el sueño de la democracia", pág. 459), el sida ("Aprende sobre el sexo antes de practicarlo; aprende sobre el sexo seguro. Es mejor esperar y crecer un poco más antes de tener sexo. Cuando lo hagas piensa en ti mismo y en los demás a los que quieres. Usa un preservativo", pág. 463) o el liderazgo ("No hay nada peor que un líder haciendo una demanda que tú sabes que nunca conseguirá", pág. 267).
Está claro que los veintiocho años que pasó entre rejas marcaron su vida y también su pluma y por eso las citas sobre la prisión ocupan buena parte de las páginas de este libro, pero en ningún caso se esconden bajo esas líneas el rencor ni la amargura, sino la necesidad vital de luchar por la libertad propia y colectiva.
Y como a una le tira la tecla, me quedo con esta cita sobre la escritura: "Escribir es una profesión prestigiosa que le pone a uno en el centro del mundo, pero para mantenerse arriba del todo uno tiene que trabajar realmente duro, con el objetivo de hallar un tema bueno y original, la simplicidad en la expresión y el uso de las palabras precisas" (pág. 182).
[Publicado en Diariocrítico]

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