Revista Coaching

Cuando confundimos poder y liderazgo

Por Luis Siñol Bujons
En el post anterior hemos explicado que el Nivel I de liderazgo es el de posición. Las personas nos siguen por nuestra posición pero no lo hacen voluntariamente. Si por error asumimos que el liderazgo empieza y termina en este nivel las consecuencias son desastrosas. Lo explicamos con un ejemplo bíblico.
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Entre los años 965 y 928 a.n.e. las diez tribus de Israel y las dos tribus de Judá estaban constituidas en un único reino gobernado por el Rey Salomón. Cuando Salomón falleció fué proclamado Rey su hijo Roboam. Dado que el exceso de impuestos y la austeridad económica del reinado de Salomón provocaron cansancio y desánimo en la gente, durante la primera visita que Roboam hizo al pueblo de Israel, éstos le preguntaron si les haría pagar tantos tributos como había hecho su padre. Sorprendido por la pregunta, Roboam decidió consultar a sus consejeros.
CUANDO CONFUNDIMOS PODER Y LIDERAZGO
Un primer grupo de consejeros, formado por personas de edad avanzada, dijo a Roboam: “ El pueblo está cansado y necesita un descanso financiero Señor; sé un líder amable y servicial; comparte con el pueblo una carga ligera; sé un Rey benevolente”.
Algo contrariado por esta recomendación, Roboam se dirigió al otro grupo de consejeros. Éstos, de su misma generación y consideraros sus amigos, le dijeron: “Roboam, tú eres el Rey y tienes la posición; puedes cobrarles lo que quieras, e incluso aumentarles los tributos. Si tu padre fué duro con ellos, tú puedes serlo aún más, porque eres el jefe y tienes la posición”.
Roboam tenía que tomar una decisión y, pensando que el liderazgo es un título de posición, reflexionó de la siguiente forma: “yo soy el jefe y, por tanto, puedo hacer lo que quiera”.
Roboam reunió a los israelitas y contestó a su pregunta de esta forma: “Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo lo haré todavía más. Mi padre os castigó con látigos, pero yo os castigaré con escorpiones”.
Este es un ejemplo clásico del líder que transfigura el poder y la posición en el desafortunado don de hacer lo que se quiera. ¿Cuál fué el resultado? Diez de las doce tribus de Israel se fueron inmediatamente, y Roboam perdió la mayor parte de su reino aquél día. A partir de ahora solamente cobraría tributos de las tribus de Judá y Benjamín.
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Tal como hemos explicado al inicio del post, éste es el típico pensar de los líderes de Nivel 1. Si confundimos responsabilidad y liderazgo con poder, la falta de amabilidad y servicio nos conducen a un callejón sin salida. El comportamiento humano y las leyes de la fisica

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