Esther Jiménez es una farmacéutica diferente. Después de trabajar casi 10 años como farmacéutica descubrió su propósito de vida en las terapias naturales y en las letras. Allí, entre palabras, acompaña emocionalmente a un público muy específico, niños y adolescentes e, incluso, adultos con ganas de conocerse a sí mismos.
Esther Jiménez ha escrito dos libros hasta el momento, La Leyenda de Oxfordshire. Edward y el jardín de las emociones y La Leyenda de Oxfordshire. Diario de Sueños. Esther se está especializando en libros de crecimiento personal, sobre todo, en el ámbito educativo, porque cree necesario que los niños, desde pequeños, sepan reconocer sus emociones. Sin embargo ¿hay alguna edad específica para aprender estas herramientas? ¿Cuáles son las principales que los niños deben aprender? ¿Cómo se integra este componente tan psicoeducativo en un libro?
Esther JiménezCharlamos con Esther Jiménez sobre estas cuestiones.
Esther, ¿cómo termina una farmacéutica escribiendo libros educativos?Hola Eva, pues realmente todo fue a raíz de un cambio profesional y personal. Decidieron prescindir de mí en la oficina de farmacia donde estuve ejerciendo durante casi 10 años y después de digerir esa experiencia empecé a escribir. Cuando publiqué mi primer libro, este llegó a manos de maestros y me propusieron realizar también talleres. Así irrumpí en el ámbito educativo.
Háblanos de tus novelas.La Leyenda de Oxfordshire. Edward y el jardín de las emociones, es un cuento. Su protagonista, Edward, es el rey de un pueblecito llamado Oxfordshire donde a causa de una gran nube gris todo el poblado va perdiendo la alegría.
Edward tuvo un sueño en donde aparecía un jardín de las emociones en donde se podía recuperar la alegría y felicidad. Entonces, el rey partió para buscarle y durante el trayecto pasará por doce estados emocionales como la impaciencia,miedo, terror, desánimo, soledad, apego por las cosas, enfado, sumisión, indecisión, necesidad de aprobación de los demás. En esta aventura, unos personajes muy peculiares le darán consejos frases poderosas para afrontarestos estados emocionales. También le harán tres regalos antes de partir: la gratitud, el poder de las palabras y la capacidad de soñar.
La Leyenda de Oxfordshire. Diario de Sueños es la parte práctica del primer libro. Es un cuaderno con ejercicios. Se trabajan tres estados emocionales del primer libro: impaciencia, miedo y enfado. Y hay actividad para fomentar la gratitud, cuidar nuestras palabras y aprender a visualizar.
Este cuaderno puede ayudar tanto para conocerte más a ti mismo como a tus hijos. Y en las aulas también se puede trabajar.
Me parece muy curioso que tus libros hablen sobre las emociones. ¿Leer un libro puede ser también una forma de "terapia"?Totalmente. De hecho, hay personas que me han comentado que han llorado con algún capítulo del libro, que les ha recordado a momentos de su vida y que se han visto identificados con algún personaje de la aventura. Para mí, eso ya es una manera de conectar con esas emociones que pueden haber quedado estancadas, por ejemplo.
La leyenda de Oxfordshire. Edward y el jardín de las emociones Esther, ¿hay una edad específica para aprender a gestionar nuestras emociones? ¿Qué pasa si no hemos aprendido a gestionarlas de pequeños?Realmente, siempre es buen momento para aprender a gestionar nuestras emociones. Sí que es verdad que, si desde pequeños les enseñamos herramientas para poder gestionarlas, les va a ayudar a expresar, a reconocerse y saber definir qué les está pasando cuando sean adultos.
¿A qué se le llama exactamente "gestionar emociones"? Porque se habla mucho de ello, pero ¿en qué consiste?Desde mi experiencia y formación es la capacidad que podemos tener para saber llevar los estados emocionales de una manera adecuada. Tener una buena gestión emocional te lleva a tomar cada día conciencia de esa montaña rusas de emociones que podemos experimentar en nuestro día a día.
A priori, podría parecer que enseñar a un niño estas herramientas es más difícil que a un adulto. ¿Tú qué crees?Sinceramente, ahora que estoy trabajando mi libro en centros educativos, lo que observo es que los niños son como esponjas y si, además, le expones la información en forma de fantasía, consiguen identificarse y reconocerse rápidamente.
¿Hay alguna emoción más difícil que gestionar que otra?No es tanto las emociones como saber identificarlas. No estamos acostumbrados socialmente a definir emociones. Por ejemplo, si tú ves a algún amigo por la calle y le preguntas cómo estás, la mayoría te responderá que bien o mal, pero no ahondará más.
Danos algún truco para gestionar, por ejemplo, las rabietas que le surgen a muchos niños.Para las rabietas en concreto utilizo el personaje de mi libro Hombre fuego y su frase poderosa: Yo soy capaz de controlar mis llamas. Además, también los lectores de La leyenda de Oxfordshire tienen disponibles los calcetines de algún personaje de mi libro, como la impaciencia, el miedo y el enfado. Justamente ayer me contaba una mamá que su hijo estaba enfadado y fue a por los calcetines de Hombre fuego. Eso quiere decir que fue capaz de reconocer su emoción y, además, este simple gesto le ayudó a calmarse.
Y, para terminar, ¿cómo has hecho para incluir algo tan psicológico y educativo en un libro con forma de historia?Pues sinceramente fue un poco de autoayuda para mí misma, a raíz de ese tsunami profesional y personal que estaba viviendo. Me ayudó a gestionar mis propias emociones en mi día a día para desahogarme y, sorprendentemente, me ayudó a reconocer cosas como que tenía que trabajar la impaciencia o el sentimiento de soledad.
Así pues, fue surgiendo todo de una manera muy amena y sencilla.
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