
No se puede negar que el título de este libro, "Cuando Dios era un conejo", es original y capta la atención en seguida. Esto, junto con la preciosa portada, hicieron que me crease altas expectativas respecto al libro. Y todas han sido sobradamente cumplidas. Hacía tiempo que no leía un libro con una voz narrativa tan peculiar, original y personal. Me ha encantado.
"Cuando Dios era un conejo" es la primera novela de Sarah Winman, actriz inglesa de teatro, cine y televisión. Un estupendo debut, sin duda, que esperemos sea el primer título de una larga serie.
Eleanor Maud, Elly, es la protagonista indiscutible, una niña un tanto peculiar y diferente, y el libro está narrado en primer persona por ella.
"Divido mi vida en dos partes. No exactamente como si hubiera un antes y un después, sino como si esas dos partes mantuvieran unidos unos años intermedios de reflexiones vacías: los últimos años de la adolescencia y los años de la joven de veintitantos cuya ropa de adulto, simplemente, no le quedaba bien. Años de idas y venidas que no perderé el tiempo en recordar."
Sarah Winman
Y así es, pues el libro consta de dos partes claramente diferenciadas. La primera transcurre desde el nacimiento de Elly en 1968 hasta que tiene unos trece años. Aquí se interrumpe y comienza la segunda parte. Se produce un salto en el tiempo pues esta parte da comienzo cuando Elly tiene ya veintisiete y dura hasta la actualidad. Tanto una etapa como la otra tienen un elemento esencial común que será su íntima amiga, su única amiga Jenny Penny. Los años en los que están distanciadas son los que para Elly no tiene sentido recordar.
El libro abarca, por lo tanto, casi toda una vida y está salpicado de accidentes, sucesos varios, risas, lágrimas, desamores, decepciones,... Pero llama la atención la cantidad de desgracias que aparecen ya en la primera parte: muertes accidentales, abuso sexual, suicidio, secuestro,... Da la impresión de que la tragedia se ceba en la familia de Eleanor, constituida por sus "despistados" padres, demasiado ajenos a lo que les sucede a sus hijos, su querido y admirado hermano Joe, su tía Nancy y en la que debemos incluir, indudablemente, a Jenny Penny, una niña también "especial" como Elly y con una desgraciada vida familiar.
"Por lo visto, Dios quería a todo el mundo menos a mí."
"Ya había decidido que, si Dios no podía quererme, estaba claro que tenía que encontrar otro que pudiera."
Marcapáginas 31
Hay en la novela momentos divertidos, algunos poéticos, otros duros, aunque a veces estos últimos tan sutilmente narrados que se hace necesaria una segunda lectura para captar todos los matices. Además de tratarse temas tan diversos como la pedofilia, la homosexualidad, la violencia doméstica,... pululan por sus 376 páginas personajes secundarios verdaderamente entrañables e interesantes como Ginger, Arthur o la propia Nancy.
Me ha parecido, en conclusión, un libro delicioso, original y el preludio de la carrera literaria de una escritora que puede darnos muchos momentos de buena literatura. Una lectura, desde luego, muy recomendable.
Solo me queda agradecer a Ediciones B la gentileza de habérmelo enviado.