Como profesionales de la arquitectura y la construcción sabemos manejamos los procesos de diseño y fabricación de estructuras metálicas. El acero nos permite desafiar a los tipos de estructura tradicionales, debido a las posibilidades de unión y debido a sus alta resistencia a esfuerzos.
En todo caso hablamos de sistemas de barras y nudos, estructuras de palitos que convenientemente arriostradas nos permiten trabajar con envolventes imposibles con una estructura de hormigón o de madera, resultando estructuras mínimas.
No es necesario pensar en grandes estructuras complejas o difíciles. Podemos resolver la cubierta de una vivienda con unos cuantos pórticos muy sencillos y muy rápidos de construir. La estructura metálica puede ser la traslación directa de un trazo de un diseñador, que una vez ha sido dimensionado y se han resuelto sus encuentros (soldados o atornillados) directamente se puede ejecutar.
Lo más habitual es acudir a los perfiles normalizados, IPE, HEB, UPN, SHS… , porque sus características físicas están perfectamente definidas y son como las piezas básicas de un LEGO. ¿Pero qué sucede cuando salimos de las piezas normativas y empleamos otro tipo de perfiles? Al final debemos de traducir la estructura real a una estructura de barras o elementos finitos, donde los elementos deben de asimilarse a elementos, en los que debemos de calcular sus propiedades físicas (módulo de inercia, centro de gravedad…)
Las estructuras metálicas de edificación están perfectamente calculadas, generalmente sobredimensionadas para contar con márgenes de seguridad. Puesto que conocemos las propiedades físicas de los perfiles y su composición, muy homogénea (mucho más que la madera o el hormigón) La forma de pensar en el cálculo de estructuras es la siguiente: vamos a considerar que la estructura soporta menos de lo que realmente lo hace, y vamos a suponer que tiene que resistir más cargas que las que realmente va a soportar. De estas dos hipótesis resulta la estructura final.
estructuras de mesas diseñadas por Flu-or arquitecturaOtra cosa diferente es cuando diseñamos estructuras metálicas para otros usos que no son edificación. Cuando hacemos mobiliario lo podemos hacer con secciones mínimas y estar muy del lado de la seguridad estructural. La estructura metálica es generalmente mi favorita a la hora de proponer un diseño, puesto que la sinceridad estructural y las posibilidades que ofrece su gran comportamiento estructural hacen de este tipo de soluciones las más innovadoras.
El acero estructural en perfiles pequeños (generalmente rectangulares, cuadrados o circulares de pared 1,5 mm) es muy versátil y cuenta con una gran variedad de secciones y proporciones. Otro punto a destacar es la precisión de las piezas y su facilidad de encaje. La rapidez de ejecución de un punto de soldadura (con su repaso respectivo) no permite que otros materiales como la madera compitan a la hora de plantear un diseño de mueble.
Hablamos de elegancia y esbeltez, que en otros materiales como la madera se puede conseguir, pero a base de invertir en buenas maderas y en buenas colas y mecanizados, que en el caso del metal son apenas minutos, y a un precio relativamente bajo por metro lineal de tubo.
Puedes descargar los perfiles metálicos normalizados, de forma totalmente gratuita, en las siguientes carpetas