• ¡Cómo me puedes hacer esto con todo lo que yo hago por ti!
• ¡Me estoy sacrificando para darte lo mejor y tú no lo aprovechas!
• ¡Si me quisieras no me harías enfadar!
• ¡Mira lo que has hecho!, Mamá ya no te quiere
Seguramente son frases que has oido en otras mamás o papás, o te has oído a ti mismo. “Ser padres es tan cansado, agotador, sacrificado; un trabajo gratuito no renumerado económicamente y, a veces, con no demasiadas recompensas”.¿Puedes imaginar como se siente tu hijo cuando le tratas o le hablas así. Le estás dando un amor condicional. Un: “te quiero si eres bueno, si no no”. “Te quiero si haces lo que yo quiero, si haces lo que tu quieres no”.
Como madre o padre haces un sacrificio por el que esperas y pides agradecimiento. Pero con esta actitud cortas su libertad y no le dejas actuar ni decidir por él mismo (por como tu hijo, hija es no por lo que esperas que sea y haga).
Si te reconoces en este estado estás en la: madre o padre interesado que se autocompadece y sin darse cuenta manipula desde su victimismo, desde un mensaje interior de “pobrecito, pobrecita de mí, nadie me quiere, nadie me hace caso, con todo lo que yo hago por ellos”. Inconscientemente, Das para recibir, para que te agradezcan, para que te reconozcan, para que te valoren no por lo que eres sino por lo que das.