El estrés, el miedo o una fuerte impresión (pero también demasiado café o nicotina) le pueden elevar repentinamente el nivel normal de latidos del corazón.
Cuando el corazón sobrepasa en reposo las 100 pulsaciones por minuto, se habla de taquicardia. En un ataque agudo, los valores pueden alcanzar los 160 latidos por minuto, y a veces los 200. Si el médico ha descartado causas orgánicas que provoquen la aceleración del corazón, por ejemplo un hipertiroidismo o hipertensión, puede usted estar tranquilo. Entonces la taquicardia se debe “únicamente” a una reacción desmesurada del sistema nervioso vegetativo, que voluntariamente no se deja someter. ¿Qué hacer?
- En caso de gravedad: mantenga la calma. El pánico empeora la situación, porque usted propicia una hiperventilación: respira demasiado profundo, o rápida y superficialmente.
- Evite la nicotina, el alcohol, el café y los refrescos de cola.
- Renuncie a las raciones grandes y a comidas abundantes; mejor tome comidas pequeñas repartidas durante el día.
- Evite el estreñimiento.
- Solicítele a su médico que le haga la prueba de nivel de electrolitos. La insuficiencia de mineral puede ser causa de la taquicardia.
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