La última vez que viajé en un tren de noche fue a principios de este siglo cuando realicé un Interrail para recorrerme sin cortapisas Francia, Alemania y Holanda. Desde entonces los trenes de noche han ido desapareciendo las vías férreas. Y ello a pesar de que los ciudadanos, por su parte, han ido ganando poco a poco mayor conciencia de la importancia del transporte público. Una encuesta publicada por el diario Le Figaro en abril del 2019 revelaba que el 61% de los franceses están decididos a tomar el tren en vez del avión por motivos ecológicos.
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