Cuando empecé la carrera, estaba convencida que arte, seg...

Cuando empecé la carrera, estaba convencida que arte, seguiría siendo mi asignatura preferida, por el amor que le profeso a todas las expresiones artísticas... inocente de mi al pensar eso, porque lo que ha acabado resultando la profesora y sus clases es, como mínimo, una tortura... Excepto hoy, esta clase de hoy, en que ella sigue siendo insoportable y tiene brotes de psicópata total, pero que la materia que está explicando es París. No se cuantas veces soy capaz de hablar de esta ciudad en este blog ( y en twitter, y facebook, y en mi vida diaria....) pero lo que me provoca pensar en esta ciudad, en sus calles, en sus días nublados, sus cafeterías, su música, su luz... París, para mi, es ese sueño que persigues durante mucho tiempo, sin saber muy bien el por qué, pero que no puedes dejarlo estar, de olvidar, de abandonar. Ese sueño que no sabes si podrás cumplir y que, en el caso de que acabes haciéndolo realidad... qué sucederá después? Qué hacer cuando has cumplido tu deseo más interno?  Tal vez, la vida pierda cierta gracia o tal vez, el deseo se acreciente y necesite subir un grado más en cada ocasión, en cada sueño que vas cumpliendo.  Cuando consiga ir a París, supongo que querré estudiar allí, después vivir, después trabajar, después... quién sabe. Y yo, que soy una mujer de pasiones, de grandes sueños y grandes luchas por conseguirlos hacer realidad, de grandes amores, posibles o no, nunca voy a dejar de amar a París, porque nunca olvido algo que he amado durante tanto y tanto tiempo. Así que supongo que yo he tenido en mi vida dos grandes amores, y uno de ellos ha sido, es y será París, que casi como un amante, siempre está allí cuando lo necesito, tan lejos pero a la vez tan cerca.












Y ahora podéis matarme tranquilamente por ser tan pesada con esta ciudad y hacer este spam tan gratuito con fotos de París por enésima vez. Aunque sed un poco indulgentes y queredme un poco por mi amor irracional por tantas cosas bonitas.