Las relaciones de pareja se van debilitando con el paso de tiempo. El tiempo nos hace cómodos, y damos por hecho que tenemos seguro el cariño o la complacencia de nuestra pareja. Veo como parejas se reprochan comportamientos delante de otros. Lo peor de esto es pensar que cuando le decimos cualquier aspecto que no nos agrada delante de otros funcionará y a partir de ese momento cambiará su comportamiento.
Quizás deberíamos hacer como con los ordenadores cuando empiezan a ser lentos y se quedan colgados. El exceso de información, instalaciones y borrado de programas alojados en el mismo sitio, hace que tengamos que formatearlos y volver a empezar y seguro que no volveremos a instalar todo lo que teníamos, lo remplazamos por nuevos programas más veloces y que tienen más utilidades.
Eso es lo que pasa cuando una pareja se separa. Se formatean, he visto hombres que se vestían como viejos y con un aspecto más bien dejado, para convertirse en hombres atractivos, con buena ropa y una imagen que antes no la daban. Sus mujeres no son menos, una mujer que antes no se hacía ni el bigote, con sobre peso y que nunca se acercaba a la peluquería, no la conocerías ahora, delgada, con un pelo impecable, maquillada y claro sin bigote.
Lo más grande de esto es que no es necesario separarse de la pareja que tienes, tú puedes convertirte en hombre atractivo o mujer atractiva que eres, solo tienes que proponértelo y sacarlo a la luz. Imagina esto; todo el mundo está conspirando para que seas feliz y exitoso/a. Es una manera mucho más agradable de empezar tu día, no crees. Cuando estés con tu pareja intenta hacer un cumplido, si le dices algo así como - maciza, tío bueno...- si nos acostumbramos a decirle cosas buenas a nuestra pareja se convertirá en un hábito y sin darnos cuenta seremos más felices.
Si intentamos primero entender, para luego ser entendidos, podremos comprender a la persona que tenemos a nuestro lado. Es una manera de afecto que la otra persona lo recibirá con agrado, cuando el otro siente que le estás entendiendo es cuando de verdad surge la autentica empatía. Si dejamos de mirarnos al ombligo para darnos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor, empezaremos a tener una convivencia mucho más positiva y motivadora.
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Francisco Beltrán Ortín