Revista Cultura y Ocio
Si vemos el siguiente vídeo nos parecerá anticuado y desfasado. Claro que sí. Son un grupo de jóvenes de los años setenta del siglo XX, con sus pantalones de campana y camisas de cuadros, en un marco de lo más soso, grabados con los planos de las primeras décadas de la televisión, sin decorados que los acompañen. Lo único importante de esto vídeo es la canción, una canción que representa un momento de la Historia de España. Algunos éramos niños cuando nuestros hermanos, primos e incluso padres cantaban esta letra. Era la canción que pedían los oyentes en los programas radiofónicos.
¿Podríamos cantar hoy esta canción? Yo creo que no. Nos falta la esperanza que se escucha entre líneas, pero sobre todo yo me pregunto qué estamos haciendo con el concepto principal que aclamaba esta música: la libertad.
La libertad, recogida en nuestra constitución, en nuestro código civil, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La emigración que se está produciendo en España no sólo es consecuencia de la crisis económica, sino del retroceso en la mentalidad de un país que luchó por las libertades, entre ellas, la de expresión. Los intelectuales emigraron a Argentina, a Francia y a otros países y allí publicaron. Hubo un tiempo en el que hombres como Jorge Semprún no tenían un pasaporte español. ¿Eso es lo que queremos?