Cuando la felicidad se llama familia

Hoy es el Día de la felicidad. Manda narices que se tengan que inventar un día para cada cosa. Hay personas que hoy no estarán felices y, a lo mejor, mañana sí. Hay quién no estará feliz nunca. La felicidad no hay que buscarla más allá que en uno mismo, cada día, y tiene mucho que ver con la alegría, la pasión, la incertidumbre o la tristeza del momento en el que uno vive. Por ejemplo, yo hoy estoy contenta pero anteyer estaba muy alicaída, tanto que mis amigas se asustaron y propusieron sacarme de cena esta noche. Hace algún tiempo escribí un artículo sobre la felicidad. Algunos de mis pensamientos los voy a compartir este viernes con todas vosotras. También las imágenes de lo que a mi me hace más feliz en esta vida: mi familia. Las imágenes son de mis hijos y de mi marido, pero incluiría a mis padres, mi hermana, mis sobrinos, mis tíos, mis suegros, mis primas y primos, las primas y primos de mi marido, sus tíos, mis amigas y amigos, mis lectores y lectoras, mis alumnos… Espero que sigáis leyendo y en los comentarios me digáis qué es para vosotras la felicidad.

Para mi la felicidad es una opción de vida. El pensamiento positivo influye en todo lo que hago. Hay estudios que indican que tenemos neuronas espejo: si sonreímos, haremos felices a los que nos rodean. Lo he comprobado con Jorge y Valentina. Tienen una preciosa sonrisa siempre en su cara. A mi siempre me habían dicho que sonreía mucho, lo he hecho de forma totalmente inconsciente en la vida. Ahora me encanta pensar que he contribuido a la sonrisa de mis hijos, que son pura imitación. La gente optimista también rinde en el trabajo entre un 65% y un 100% más que los pesimistas. Además, cuanto más felices estamos, más proclives somos también a realizar nuevas iniciativas. Yo cuando escucho a alguien y me apasiona lo que me explica me empiezan a brotar las ideas de la mente, soy un volcán en erupción, os lo aseguro.

En mis conferencias que doy a todo tipo de públicos, estudiantes, directivos, etc. siempre les explico lo importante que es ponerle pasión a la vida y al trabajo. Veo personas muy poco ilusionadas con lo que hacen, muy perdidas, obsesionadas por ganar dinero, para gastar más y más. Creo que esto debe atajarse desde la juventud. Según un informe del departamento de Salud de Estados Unidos, uno de cada tres adolescentes norteamericanos padece depresión. El curso de la Universidad de Harvard más solicitado en los últimos años ha sido el de Psicología Positiva, que imparte quien ya es conocido como “el gurú de la felicidad”, Tal Ben-Shahar, autor de superventas como Happier y Even Happier. Tal Ben-Shahar enseña en sus alumnos por qué la felicidad es una cuestión fundamental en la vida.

Cada vez me doy cuenta que para ser feliz necesito muy poco. Quizás solo una cosa: salud. Eso sí para mi y para todos los que me rodean. Si estamos bien física y mentalmente podemos disfrutar de momentos únicos al lado de los que más queremos.

Para abordar la felicidad ya no solo como tendencia sino como opción de vida debemos partir de la educación que recibimos en la infancia, con la que crecemos, y de la inteligencia emocional que desarrollamos. La educación nos ayudará a desenvolvernos en el trabajo, a perder el miedo y hasta a reírnos de nosotros mismos para vivir intensamente el tiempo de que disponemos. Ese es el pensamiento positivo y debemos inculcarlo a nuestros hijos desde muy niños.

Emilio Duró Pamies, economista y consultor cuyos vídeos de optimismo e ilusión se extienden como la pólvora por Internet y yo siempre recomiendo me explicaba hace un tiempo que “los niños aprenden por imitación y por placer. Nacemos buscando amor y morimos buscando amor. En la escuela, lo que aprendemos depende de lo que nos gusta el profesor. Vemos y aprendemos por emociones”. Por eso debemos educar a nuestros hijos en el amor, en el entusiasmo y en la vida. “Un hijo maravilloso sale de unos padres maravillosos”, dice Emilio.

Escuchar a Duró es un placer, tiene una vitalidad desbordante y te demuestra a través de experiencias y anécdotas que los fracasos profesionales raramente se deben a causas técnicas y sí al desarrollo emocional. “El 80% del éxito viene de las actitudes y la principal causa de fracaso en la vida es el miedo. No pasa nada si nos equivocamos. Llevo 20 años estudiando a la gente que siempre encuentra aparcamiento”, explica Duró. Las personas que ríen viven un 21% más que las que no ríen. El 99% de las cosas que nos preocupan nunca pasarán. Nos preocupamos por el pasado y el futuro y no vivimos el presente. La felicidad viene de tener motivos por los que levantarse cada mañana. Pero el 97% de la gente no sabe por qué lo hace.

Podría seguir con este artículo que tanto me motiva pero otro día os hablaré más. Lo he ilustrado con las fotos que nos hicimos de familia el pasado fin de semana. Fui realmente feliz. Estuvimos en el Cerdanya Resort, un lugar ideal para los niños del que os he hablado en mi blog de viajes y planes para familias www.familiasactivas.com. Hicimos unas excursiones divertidísimas que gracias a estas fotos grabaremos en nuestra memoria. Sed felices amigas.