Revista Opinión
Anoche esta frase de Daniel Bensaïd se repitió entre las personas que intervenían en la mesa redonda que había organizado Izquierda Anticapitalista en Cádiz. El título de las ponencias presentadas fue "Después de la Huelga General ¿qué?" y como ponentes un representante de CC.OO., Manolo Ruíz de la Unión Provincial, otro de USTEA, que no conozco y dos representantes de IA, uno de la Asamblea de Estudiantes y el otro Jesús Rodríguez con el que me he tomado alguna "cervecita trotskista", por él fui que me invitó al acto. Lo primero que llamaba la atención era que todos los que hablaron, salvo la moderadora, eran hombres (tirón de orejas a la organización), y lo segundo que el público del salón de actos de la Asociación de la Prensa de Cádiz, era mayoritariamente joven, muy joven, y eso en estos días solo lo consigue una organización como IA, tan bulliciosa en los actos en que participa.Dicho esto y mordidos en la nuca por la Historia nos enfrentamos ante un dilema muy difícil, qué hacer y cómo hacer ante la que se nos viene encima. La vaca loca del Capital se lo come todo, se ha comido la burbuja inmobiliaria, se ha comido las ayudas del Estado a la Banca y que hemos pagado todos, ahora necesita carne-basura para saciarse. Los fondos de pensiones privados están en bancarrota y hay que meter miedo y hacer estallar las pensiones públicas para que la gente se acojone, con perdón, y meta dinero para salvar lo privado. Por otro lado no hay vaquero que meta en cintura al animal, no hay gobierno que no esté de rodilla ante el Capital, Europa es un rodeo donde los capitalistas arrasan lo que encuentran sin ningún coto que los detenga. El fenómeno de la crisis, ya permanente, nada de brotes verdes, se realiza de forma controlada, pasito a pasito, nada de sobresaltos, nada de grandes apretones, poco a poco para no levantar a la clase obrera, más bien para dividirla, desmovilizarla con el miedo a perder su puesto de trabajo ¿quién es hoy capaz de meterse a liderar una movida sindical en su empresa? si ni si quiera la gente deja de ir a su puesto de trabajo con una gripe en el cuerpo. La realidad es esa, la clase obrera esta desarmada, ni si quiera cree que es clase obrera, prefiere el calorcito de ser clase media. Consume y consume y no se plantea que algún día pueden ir por él y ser tan parado como los que están en la calle. Y la Historia muerde y muerde, pero aceptamos la derrota, con una izquierda dividida entre los que aceptan esto como "menos mal que estamos nosotros porque el PP lo haría peor" y los que buscan una refundación que no va más allá de un propósito de intenciones, para conseguir, si acaso, diez concejales más en unas elecciones. Perdonen el pesimismo, pero llueve en Cádiz y mi perra Luna está agobiada.