Revista Espiritualidad
Estamos más acostumbrados a decir y hacer lo que pensamos que lo que sentimos; el problema es que lo que pensamos tiene un virus, el virus de las creencias y el miedo. Un virus programado que no coincide con el programa de inicio con el que todos venimos al mundo.
Pero ese ordenador está reseteándose, removiendo el virus del pensamiento y reinstalando el programa sentir y nos exigirá coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Para eso tenemos que "desprogramarnos" de viejos y obsoletos parámetros.
Para quienes aún no lo hayan notado estamos ingresando en una franja de luz que hace que lo que está oculto en la oscuridad comience a hacerse visible y que lo luminoso brille también más. Esa es la agitación que está ocurriendo en el mundo y por eso cada vez veremos y oiremos más cosas que calificaremos como "barbaridades". Más allá de lo "negativo" de las cosas que podamos ver y escuchar, lo positivo es que ya todo comienza a ser más transparente y pocas excusas nos quedan para decir que no sabemos lo que está ocurriendo.
Esta luz nos está obligando de a poco a asumir nuestra responsabilidad, tanto personal como social. Porque es que en lo personal ocurre lo mismo. Empieza a quedar claro ya quién actúa de corazón y quien no. Ahora sabremos enseguida quien nos ama porque lo dirá o lo demostrará, pero también a quien nos odia porque también lo demostrará y lo dirá.
Llegó el momento de la caída de las máscaras. Muchos lo esperábamos y muchos no están preparados aún para tamaña verdad y responsabilidad.
Para mi son tiempos fantásticos y únicos. Los bendigo y agradezco.
Asume tu parte porque se viene el cambio... Ya está aquí.